Astorga presume de Gaudí

El Obispado abrirá al público todo el Palacio Arzobispal, del arquitecto de la Sagrada Familia

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | En 1886 fue nombrado obispo de Astorga Juan Bautista Grau, natural de Reus. El nuevo obispo reside en el antiguo palacio episcopal, entre la muralla y la catedral de Astorga, solo unas semanas. El 23 de diciembre, un incendio arrasa el edificio y el obispo se traslada al Seminario Diocesano. “Entonces, monseñor Grau recurre a Gaudí para construir una nueva sede. Y lo hace simplemente porque lo conoce personalmente, es de su mismo pueblo y como vicario de Terrassa había inaugurado alguna obra suya. Así es como se puso al frente del proyecto”, narra el ecónomo diocesano de Astorga, Ángel Vallejo Balda. [Siga aquí si no es suscriptor]

“Gaudí hace los planos, la memoria, el pliego de condiciones facultativas, mediciones, cubicaciones y el presupuesto, cuyo total ascendía a 179.726 pesetas, sin llegar a venir a Astorga. Al obispo le entusiasma y lo envía al Ministerio de Gracia y Justicia, y este a la Real Academia de San Fernando”. Sin embargo, esta rechaza el proyecto con un curioso informe firmado por el Marqués de Cubas, arquitecto de la Catedral de la Almudena.

Gaudí viaja a Astorga y rehace el proyecto, aunque pasa por alto muchas de las recomendaciones de la Real Academia. Aún así es definitivamente aprobado por el Ministerio por la intermediación del entonces gobernador del Banco de España, el astorgano Pío Gullón. “La primera piedra se pone un 24 de junio de 1889 –narra Vallejo Balda– y no se finaliza hasta 1913, ralentizada la obra por la muerte del obispo Grau y la renuncia de Gaudí, enfrentado a la Junta de Obras Diocesana, como arquitecto director, y que por entonces había comenzado a construir en León la Casa Botines”.

Gaudí, no obstante, dejó el Palacio casi acabado, rematándolo el nuevo obispo, Ricardo García Guereta. “Va a hacer ahora cien años de la finalización de las obras. De hecho, su construcción la simultanea Gaudí con el Palacio Güell –añade Vallejo Balda–. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura modernista que posee la Iglesia. Es un edificio fabuloso. Quien no lo conozca, se va a sorprender mucho; es un edificio muy llamativo, una mezcla de palacio y castillo, con una visión muy romántica de la figura del obispo, por otro lado, muy propia del catolicismo de Gaudí. Además, aunque no sean de su autoría, el edifico comprende también una serie de artes menores que él mismo elige y que son fabulosas: vidrieras, cerámicas, pinturas…”.

Abierto al público

Ahora, con vistas al centenario del Palacio, el Obispado quiere realzarlo y abrirlo por completo al público. “Creíamos que el Palacio debía de ser visitable en su totalidad –afirma el ecónomo–, y hasta ahora quedaban lugares a los que el visitante no podía acceder porque estaban dedicados a servicios administrativos, recepción de visitantes, vivienda del conserje… Como idea inicial, se ha adquirido la casa más próxima al museo y se ha planteado sacar del Palacio los servicios auxiliares para liberar espacios. Ahora tiene 4.000 metros cuadrados expositivos, pero vamos a ganar otros 1.500”.

El edificio no es solo lo que se ve ahora, sino un amplio entramado palaciego, muy bien estructurado. “Ahora solo se visita el Museo de los Caminos, pero a partir del año que viene también podrá visitarse el Palacio en sí. Eso, supondrá, como mínimo, abrir tres salas más. Pero también vamos a intentar ofrecer al público toda la estructura bajo cubierta, que es impresionante, y las terrazas, ahora cerradas. Es un gran edificio que tiene una unidad y una totalidad muy coherente y atractiva, que es lo que queremos mostrar”, afirma.

No obstante, recuerda que, en un principio, “era un proyecto mucho más ambicioso, que pasaba por construir un edificio completamente nuevo, de diseño. Habíamos firmado un convenio con la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León por la que ellos se hacían cargo de la restauración íntegra del Palacio y el Obispado construía el nuevo edificio, pero este acuerdo está en vía muerta por falta de presupuesto. Lo único que se hizo de ese convenio es el Plan Director del Palacio, lo cual, visto lo visto, ya es mucho. Y nos sirve para hacer frente a esta remodelación”.

El Palacio de Gaudí, destinado desde 1964 a Museo de los Caminos, ya sufrió una gran remodelación en el año 2000, tras la exposición “Encrucijadas”, de Las Edades del Hombre. La propia Fundación Las Edades del Hombre rehízo el espacio expositivo y lo adaptó. “En principio, las salas que se rehabilitaron en el 2000 no se tocarán, sino que todo el esfuerzo irá  dedicado a mostrar el resto del edificio con nuevos ojos”, detalla Vallejo Balda.

80.000 visitantes

Al día de hoy, el museo transcurre entre el sótano (arqueología romana y medieval en torno al origen del cristianismo); la planta de acceso (una amplia colección de tallas policromadas anónimas, entre los siglos XII y XV, junto a tablas de pintura gótica y objetos relativos al Camino de Santiago); la planta noble (abundante orfebrería litúrgica y escultura del renacimiento al neoclasicismo, con obras de Bartolome Hernández, Gregorio Español o Alonso Gutiérrez); y la planta superior, la única que se modificará.

“Lo que sí queremos es remodelar la tercera planta –explica–, en donde se había creado en los años 70 un espacio expositivo para pintores y escultores castellanoleoneses modernos. Lo que pretendemos es darle un poco de dinamismo, dando entrada a nuevos artistas”.

La idea es, según Vallejo Balda, “mantenerlo abierto con obras. Estamos hablando de un edificio que recibe más de 80.000 visitas al año, con notable presencia de japoneses y coreanos, y no nos podemos permitir cerrar las puertas. Es la gran estrella de Astorga. Por lo que iremos trabajando parcialmente. En septiembre esperamos inaugurar el edificio auxiliar y, en abril de 2012, las nuevas salas. Pero no nos detendremos”.

En lo que se está trabajado también es en una programación cultural para el año que viene, en torno al centenario del edificio, que va a ser significativa. “Esperemos poder hablar de algo así como un Año Gaudí en Astorga. El Obispado forma parte de la ruta del Modernismo en Europa y somos socios fundadores de la Ruta Gaudí. Hay que tener en cuenta que toda la obra de Gaudí en Cataluña es Patrimonio de la Humanidad, y la que está fuera, no. Solo hay tres: en Santander, León y nuestro Palacio Diocesano. Y esperemos que pronto lo sean”.

Uno de los esfuerzos que se va a hacer es una propia ruta de Gaudí por Astorga. “Mucha gente no lo sabe, pero el arquitecto catalán hizo alguna cosa más aquí. Por ejemplo, intervino en el edificio del Seminario Diocesano, en donde se alojó. Como este era un edificio todavía inacabado, Gaudí ayudó. Suyo es el diseño completo de un ala del claustro, de algunos muebles o del enlozado de la escalera principal. Incluso, ya en la Catedral, realizó el diseño de la lápida sepulcral del obispo Grau. O sea, que hay mucha huella de Gaudí en Astorga”.

“Además, si en el templo de la Sagrada Familia se quemó el taller de Gaudí, aquí tenemos –asegura– más de 400 documentos vinculados a él y a la construcción del Palacio, parte de los cuales vamos a exponer en una nueva sala que explicará la biografía del edificio. Hay mil detalles porque es un edificio muy rico”.

En el nº 2.762 de Vida Nueva.

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