Libros

El Nuevo Testamento desde las ciencias sociales


Una obra de Esther Miquel (Verbo Divino, 2011). La recensión es de Santiago Guijarro Oporto.

El Nuevo Testamento desde las ciencias sociales

Autora: Esther Miquel

Editorial: Verbo Divino

Ciudad: Estella

Páginas: 288

SANTIAGO GUIJARRO OPORTO | El recurso a las ciencias sociales para reconstruir los escenarios que presuponen los textos bíblicos y, en especial, los del Nuevo Testamento, es uno de los acercamientos metodológicos más originales y sugerentes que ha producido la exégesis en los últimos años.

En su origen, los textos bíblicos fueron un instrumento de comunicación entre personas que compartían una misma visión del mundo, del individuo y de la sociedad, unos mismos valores y formas de relacionarse. Ahora bien, el escenario social que daba contexto a aquellos textos ha ido cambiando con el tiempo, de modo que hoy nos encontramos ante ellos como extranjeros que se adentran en un mundo distante y, en cierto modo, desconocido.

La pretensión de este nuevo acercamiento es que el uso consciente y controlado de modelos tomados de las ciencias sociales puede ayudarnos a acercarnos y a situarnos en el contexto adecuado para leer aquellos textos.

El libro de Esther Miquel ofrece una guía para adentrarse en esta fascinante aventura de conocer un poco mejor el mundo y la cultura de quienes escribieron los libros del Nuevo Testamento y de sus destinatarios. Con una competencia acreditada en trabajos anteriores (Amigos de esclavos, prostitutas y pecadores. Estella, 2007; Jesús y los espíritus. Salamanca, 2010), la autora introduce al lector en los presupuestos de este nuevo acercamiento y le propone una serie de escenarios culturales para leer los textos del Nuevo Testamento con una nueva sensibilidad.

El libro, que sigue las pautas de los demás publicados en la colección ‘Qué se sabe de…’ de la Editorial Verbo Divino, consta de cuatro partes. En la primera (‘¿Cómo hemos llegado hasta aquí?’), presenta una justificación razonada del recurso a las ciencias sociales y de su utilidad para reconstruir los escenarios del Nuevo Testamento.

La segunda parte (‘¿Cuáles son los aspectos centrales del tema?’) es con mucho la más extensa. Presenta seis modelos construidos a partir de estudios sociales diversos: estratificación social, personalidad de orientación colectivista, sociedades patriarcales, amistad y relación patrón-cliente, moral y resistencia campesinas, y estados alterados de conciencia.

A quien se acerca por primera vez a este tipo de estudios, la enumeración precedente puede parecerle extraña a los estudios bíblicos, tradicionalmente más centrados en el análisis del texto con ayuda de la filología, los géneros literarios, etc. Sin embargo, quien haga el esfuerzo de introducirse en esta parte del libro se encontrará con la sorpresa de que el conocimiento de todos estos aspectos es enormemente útil para comprender el mundo de los primeros cristianos y los libros que escribieron. Los numerosos ejemplos que la autora va introduciendo en su explicación contribuyen decisivamente a ello.

El conflicto

Valga como muestra de lo que digo un botón. En el penúltimo capítulo de esta segunda parte, la autora presenta un modelo de tipo conflictual partiendo de los estudios de James C. Scott sobre las formas de resistencia desarrolladas por las comunidades campesinas en el sureste asiático. La ética campesina, que se basa en el principio de la subsistencia, tiene su máxima expresión en la solidaridad recíproca.

Ahora bien, en las sociedades agrarias, los campesinos, que forman un grupo subordinado con respecto a la élite gobernante, suelen desarrollar estrategias de resistencia que expresan de diversas formas según las circunstancias: abiertamente, en casos extremos; veladamente, a través de un lenguaje ambiguo; o de forma oculta, en los ambientes a los que solo ellos tienen acceso. Buena parte de la legislación del Antiguo Testamento refleja esta ética de solidaridad y apoyo entre los israelitas.

Y esta fue la tradición que se cultivó en las aldeas campesinas de Galilea, acosadas en tiempos de Jesús por una nueva clase gobernante que promovía la urbanización (Antipas reconstruyó Séforis y construyó Tiberias) y la mercantilización de la economía. Muchas de las palabras de Jesús, a quien no encontramos nunca en estas ciudades, adquieren un sentido nuevo en este contexto. Esto no significa que su enseñanza pueda reducirse a una proclama social, sino que propuso su anuncio religioso sobre la llegada del reinado de Dios con una gran sensibilidad hacia la situación de sus destinatarios, y utilizó un lenguaje que los campesinos marginados de Galilea podían entender.

La tercera parte del libro aborda algunas cuestiones abiertas analizando aspectos concretos de los modelos presentados en la parte central. La cuarta, que lleva por título ‘Para profundizar’, propone situar los textos del NT en el contexto de una cultura oral, en la que la escritura era una forma de comunicación secundaria. Cierra el libro una excelente bibliografía comentada, con la que los lectores pueden continuar su inmersión en este fascinante campo de estudio.

Los méritos de esta obra son muchos. Está bien escrita. El pensamiento se expone con claridad y acompañado de ejemplos. Su contenido es original en muchos puntos, especialmente en la forma de relacionar y explicar los diversos fenómenos sociales.

Pero, sobre todo, este libro ofrece, por primera vez en lengua española, una síntesis fundamentada, razonada y matizada de cómo el recurso a las ciencias sociales puede contribuir a una lectura más respetuosa de los textos del NT. Los estudiosos encontrarán en él muchas sugerencias útiles y motivos para pensar sobre su forma de acercarse a los textos. Los lectores interesados en el tema descubrirán un camino nuevo para comprender el sentido y las evocaciones de dichos textos.

En el nº 2.761 de Vida Nueva.

Actualizado
07/07/2011 | 14:40
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