Eduardo Meana desembarca en España

MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | A veces suele pasar que algunas personas son muy conocidas, e incluso famosas, en determinados contextos, mientras que en otros son absolutamente desconocidas. Creo no equivocarme cuando digo que Eduardo Meana, un salesiano argentino (patagónico, como a él le gusta precisar), es un ejemplo claro de este fenómeno. Basta para ello entrar en YouTube y realizar una búsqueda con su nombre.

Al hacerlo, aparecen no uno ni dos, sino cientos de vídeos con sus canciones y, lo que es más impresionante, miles y miles de visitas a cada uno de ellos. Esta popularidad se debe, en gran parte, a su faceta musical, que cultiva desde hace muchos años.

A pesar de ser autor de canciones muy conocidas y de contar con una extensa discografía, a esta orilla del Atlántico estrenamos lo que podríamos denominar su opera prima: Esto que soy, primer disco de Meana en España con su repertorio más popular y conocido, editado por San Pablo.

Son doce canciones seleccionadas, profundas y sencillas, que brotan de la experiencia de encuentro con Jesús, y que buscan acompañar de cerca el a veces tortuoso camino de la fe de los jóvenes.

Uno de los atractivos de este peculiar cantautor es su impresionante capacidad para expresarse con largas letras, llenas de enjundia, sabiduría y belleza. Es muy difícil no identificarse con todo o, al menos, parte de cuanto se comunica a través de ellas. Los textos se complementan con cuidados arreglos, casi minimalistas, y con una interpretación cálida e íntima que invita (casi obliga) a entrar en oración.

Impulsado por un importante carisma para sintonizar con los jóvenes, Eduardo ha sabido hacer de sus composiciones herramienta eficaz y seña de identidad en la labor de acompañar ese camino de fe. En resumen, un disco excelente que no tiene desperdicio.

En el nº 2.761 de Vida Nueva.

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