Antonio J. Estevan: “La música religiosa del siglo XXI será mística o no será”

Coordinador del encuentro musical ‘Id y proclamad’

VICENTE L. GARCÍA | Este mañico lleva “toda una vida” entregada a la evangelización a través de la música. Su última aventura, el encuentro ‘Id y proclamad’, que, en su segunda edición, se prepara ya para ser una de las antesalas de la JMJ. Se podría decir que la vida de Antonio J. Estevan se sustenta en la trilogía fe-música-evangelización, y participa con toda su alma de lo que considera “la tarea más urgente para la Iglesia”. “Hace unos años quizá no estaba tan claro para todos y éramos algunos ‘locos’ dando la lata con este tema. El trabajo que ahora nos queda, y no es fácil, es aprender a evangelizar”, señala.

Antonio ha vivido esta tarea muy de cerca desde el mundo de la música, sobre todo, durante su paso por las productoras De la Raíz y Gospa Records: “He tenido oportunidad de encontrarme con gentes sencillas que te hablan de tal cosa que dice tal canción. En realidad, es un versículo de la Palabra de Dios, pero a ellos les ha llegado a través de esa canción. La música ocupa un lugar muy importante en la transmisión de mensajes. Antes decíamos que para los jóvenes; hoy, creo que para todos. El esfuerzo por producir música evangelizadora con alta calidad artística, debería ser mucho más valorado, alentado y apoyado”.

El encuentro ‘Id y proclamad’ de este año está claramente marcado por la JMJ, un evento que Antonio conoce bien: “Los que hemos tenido oportunidad de participar en anteriores ediciones, sabemos su trascendencia en los participantes y en el país que los recibe. En unas semanas vamos a encontrarnos con sacerdotes, religiosos y laicos venidos de todo el mundo; vienen con un bagaje de vida de fe, de compromiso cristiano, que se transmite simplemente con verlos. Eso tiene un gran impacto en los jóvenes. En nuestro tiempo tienen más impacto los testigos que los maestros. Y la JMJ es un gran encuentro de testigos. Creo que Juan Pablo II fue profético al convocarla”.

En el mundo de la música cristiana, que tan bien conoce, Antonio ve en Latinoamérica un terreno fértil y abonado: “Allí se están viviendo décadas de una gran primavera espiritual. Me impresiona la frescura y autenticidad de cómo se vive la fe. A veces, desde la vieja Europa se ha despreciado esa fe como poco formada. No deja de ser un sarcasmo viendo como está Europa espiritualmente”.

“Estamos en años de grandes cambios –apunta–. Pero quizá el mayor reto que hoy se encuentra la música católica en español es la profundización. Decía Juan Pablo II, citando a Karl Rahner, que ‘el cristiano del siglo XXI será místico o no será’. La música religiosa contemporánea en español está muy necesitada de canciones con profunda espiritualidad. Estamos más habituados a otros géneros, como la alabanza o las canciones religioso-reivindicativas; pero podemos también decir, con cierta osadía, que la música religiosa del siglo XXI será mística o no será”.

Aprovechar las nuevas tecnologías

Antonio sabe por experiencia la importancia que las nuevas tecnologías y las redes sociales tienen en la misión evangelizadora: “Es fascinante. ¡Si san Pablo o san Francisco Javier hubieran dispuesto de unas herramientas así!”. De ahí que pida que se prepare a los evangelizadores en el uso de las nuevas tecnologías: “Es el gran areópago de nuestro tiempo y allí tenemos que estar; pero formados, sabiendo lo que usamos y cómo usarlo. Y también sabiendo lo que vamos a contar, lo que vamos a transmitir. Es urgente esa formación en la Iglesia”.

Con esa preocupación, insiste, han puesto en marcha ‘Id y proclamad’, un encuentro cuya primera edición tuvo lugar el verano pasado en Granada y que este año será en Zaragoza, del 28 al 31 de julio. Como recalca Antonio, es un encuentro para formarse en evangelización y para aprender a evangelizar, abierto a todos.

EN ESENCIA

Una canción: la única en la que intervine en su composición, Dios está aquí.

Un libro: Cómo evangelizar a los bautizados, de Prado Flores.

Un lugar en el mundo: las cataratas del Niágara; me impactaron en el viaje a la JMJ de Toronto.

Una persona: Juan Pablo II.

Un valor: la esperanza.

La mayor alegría: despertarme cada día y poder dar gracias a Dios.

La última tristeza: el reciente fallecimiento de mi padre.

Me gustaría que me recordasen por… Me gustaría que me recordasen, con eso me conformo.

En el nº 2.760 de Vida Nueva.

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