La influencia del nuevo arzobispo de Milán

El cardenal Angelo Scola ya es el sucesor de Tettamanzi

El cardenal Scola con Benedicto XVI, durante la reciente visita a Venecia

ANTONIO PELAYO. ROMA | Ayer por la mañana se hizo pública la noticia del nombramiento del cardenal Angelo Scola, hasta ahora patriarca de Venecia, como nuevo arzobispo de Milán, sucediendo al cardenal Dionigi Tettamanzi, que hace ya dos años había presentado al Papa su dimisión. Ya hemos informado en crónicas anteriores de que esta opción papal, entre las diversas posibilidades existentes, era la más probable, lo cual no quita nada a su importancia.

La ambrosiana es una de las diócesis más importantes de Italia y del mundo, y su pastor –lo fue en su día Giovanni Battista Montini, futuro Pablo VI– ejerce una influencia que va más allá de los límites geográficos milaneses.

“El nuevo arzobispo –decía a sus fieles el cardenal Tettamanzi– es un hombre de gran cultura, de múltiples experiencias, de fuerte pasión eclesial, y por eso estoy seguro de que sabrá guiar con sabiduría y eficacia nuestra archidiócesis en su ordinario camino espiritual y en las importantes citas internacionales de los próximos años: el VII Encuentro Mundial de las Familias con la esperada visita del Papa a Milán y la Exposición Mundial del 2015”.

Por su parte, el nuevo arzobispo se expresaba en estos términos ante sus diocesanos de Venecia: “Debo confesar que en estos momentos mi corazón está un poco dividido: por una parte, está la fascinación de la espléndida aventura vivida en las tierras de Marcos, que ya se acerca al decenio, y el dolor de separarme de vosotros, que, como decía san Pablo, ‘se me habéis hecho queridos’. Por otra parte, me espera la Iglesia de Milán, en la que fui simultáneamente destetado a la vida y a la fe”.

El cardenal Scola, efectivamente, nació en Malgrate, provincia de Lecco, perteneciente a la archidiócesis de la que ahora se convierte en nuevo arzobispo. Será administrador apostólico de Venecia hasta el 7 de septiembre, al día siguiente de la tradicional Fiesta del Redentor, festejada con el “cortejo histórico” de las góndolas por el Gran Canal.

En el nº 2.760 de Vida Nueva.

Compartir