Javier de la Torre: "La Bioética en España está al mismo nivel que en Alemania"

Director de la Cátedra de Bioética de Comillas, que cumple su 25º aniversario

J. LORENZO | En 1986, el jesuita Javier Gafo (1936-2001) organizó el primer Seminario Interdisciplinar de Bioética en respuesta a una demanda del Episcopado español. Desde entonces, sus sucesivas ediciones, organizadas por la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas, han servido para reflexionar sobre cuestiones, muchas veces delicadas, que interpelan a los campos de la Medicina, la Psicología, el Derecho, la Filosofía o la Teología. Para conmemorar su 25º aniversario, han celebrado recientemente una nueva edición del Seminario, donde destacados especialistas analizaron el pasado, presente y futuro de la Bióetica en España. Javier de la Torre, el director de la Cátedra, se muestra optimista.

¿Cuál es el estado de la reflexión bioética en nuestro país y cuál es su perspectiva de futuro?

La reflexión bioética está bastante consolidada después de 25 años de andadura de encuentros interdisciplinares como el de Comillas, algunos buenos máster de Bioética que se toman en serio la fundamentación y la argumentación, algunas figuras relevantes como la de Diego Gracia y la experiencia de algunos Comités de Ética Asistencial en ciertos hospitales donde la escucha, la deliberación y el respeto han sido una realidad. El futuro de la Bioética pasa por la internacionalización de la Bioética española y por una más amplia y rigurosa fundamentación de la misma.

¿Cuál es su nivel, si se la compara con otros países?

Dejando a un lado a los Estados Unidos, que está a años luz del resto, y quizás un poco Francia, cuyas reflexiones son siempre de gran calidad, me atrevería a decir que estamos al mismo nivel que Alemania o Italia en lo que respecta a reflexión, investigación, docencia y relevancia social.

¿Qué ha aportado la Cátedra de Bioética de Comillas a esta disciplina en España?

Fundamentalmente, tres cosas son muy significativas. Primero, un Seminario Interdisciplinar que desde 1986 se ha venido celebrando con un estilo plural y dialogante. Segundo, la Cátedra ha aportado un conjunto de publicaciones que suman más de 75 volúmenes y que constituyen a la Cátedra de Bioética en el primer centro europeo de Bioética en publicaciones y el primero en lengua castellana. Tercero, la Cátedra ha ofrecido docencia de calidad a nivel de máster y de especialidad en Teología Moral que ha dado como fruto diversas tesinas y tesis doctorales punteras en los temas abordados. Este año inauguramos nuestra octava promoción de máster, uno de los pioneros en nuestro país y que cuenta con los mejores profesores en la materia.

A nivel de alumnado, ¿hay un interés por esta disciplina? ¿Cuál es el perfil de los alumnos?

Hay un enorme interés, pues la Bioética aborda cuestiones que están cada semana en los periódicos, como la manipulación genética, la clonación o el aborto; trata asuntos presentes en las conversaciones con familiares y amigos, como la técnicas de reproducción médicamente asistida, el acompañamiento de la enfermedad o la sedación; y aborda preocupaciones hondas de cada ser humano, como el afrontamiento de la muerte o el estatuto del embrión humano. Son alumnos que provienen, por un lado, de las profesiones de la salud; por otro, son sacerdotes y religiosos o religiosas que quieren formarse en Bioética junto con Teología Moral; y, finalmente, el grupo rico y variado de juristas, filósofos, farmacéuticos o psicólogos.

Retos actuales

¿Qué cuestiones concretas están siendo hoy objeto de su análisis?

La Bioética hoy está reflexionando de modo especial sobre la distribución de los recursos sanitarios en una situación de crisis, sobre lo que significa la investigación con embriones y sus alternativas, la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios y sobre la limitación del esfuerzo terapéutico al final de la vida.

¿Consulta la Conferencia Episcopal a esta Cátedra para hacerse una opinión sobre estos temas?

La Cátedra ha impartido en estos 25 años más de mil conferencias y cientos de cursos de formación en Bioética, muchos de ellos en diócesis españolas y a congregaciones religiosas. También algunas veces ha asesorado en algunos temas puntuales a la Conferencia Episcopal y a algunos obispos, sobre todo, en temas del principio y del final de la vida.

Y, como director de la Cátedra, ¿qué opina del anteproyecto de la Ley Reguladora de los Derechos de la Persona ante el Proceso Final de la Vida?

Creo que no aporta casi nada jurídicamente y que está claramente hecho al compás de los ritmos políticos, lo cual no parece muy adecuado desde una perspectiva bioética.

En el nº 2.758 de Vida Nueva.

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