De la Patagonia a la Puerta del Sol

JOSÉ MARÍA ARNAIZ | Ex secretario general de la Unión de Superiores Generales

“Yo me encuentro entre los que se indignan por lo que vivimos y entre los que quieren que este movimiento ciudadano no se pare, sino que vaya creciendo y consigamos una verdadera regeneración democrática”.

Hay un trecho largo y, sin embargo, no es tanto. Los que han tomado las calles de Madrid y otras ciudades españolas se autodenominan indignados. Son miles. También han llenado las avenidas de las ciudades de Chile en los últimos días. Allá y acá nos dicen que ellos no son antisistema. Lo que ocurre es que el sistema no les va; impide la vida. Por eso gritan. “No somos mercancía de políticos ni de banqueros”, se leía en Madrid. “Diputado o senador mentiroso y engañador”, en Valparaíso. El grito unánime: “Ilustrísimos, sean mínimamente consecuentes”.

En Chile hemos presenciado estos días multitudinarias y recurrentes protestas como no habíamos visto en los últimos 20 años y por razones diversas. Todo esto ha vuelto a sorprender y desconcertar, pero no deberíamos extrañarnos demasiado. A ambos lados del Atlántico se advierte una sensación de abandono, de marginalidad, de irritación, de falta de representación democrática y de escucha, y de proyectos grandes y generosos. En Chile, el agravante serio es la inequidad, herida abierta que afecta al diario vivir de nuestra sociedad.

El espectáculo ofrecido es el de un mar humano incontenible; no es fácil saber a dónde va. En el fondo, es agua buscando otro cauce, porque el actual no la contiene. Por el momento, las redes sociales son el vaso comunicante de esa masa crítica. De hecho, se está dando un empoderamiento ciudadano que puede traer grandes consecuencias. Algo nuevo se está gestando; y está necesitado urgentemente de liderazgo.

Para quienes piensan que todo esto es una quimera, una pasajera lluvia de verano, ¡atención! Hay mucho de idealismo sano y perseverancia fuerte. Y de advertencia: “Si no nos permiten soñar, no los dejaremos dormir”.

Yo me encuentro entre los que se indignan por lo que vivimos y entre los que quieren que este movimiento ciudadano no se pare, sino que vaya creciendo y consigamos una verdadera regeneración democrática.

jmarnaiz@vidanueva.es

En el nº 2.757 de Vida Nueva.

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