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Arrio


Una obra de Rowan Williams (Ediciones Sígueme, 2010). La recensión es de Pedro Langa Aguilar, O.S.A.

Arrio

Editor: Rowan Williams

Editorial: Ediciones Sígueme

Ciudad: Salamanca

Páginas: 432

PEDRO LANGA AGUILAR, O.S.A. | Galés de 1950, Rowan Douglas Williams es desde 2002 el 104º arzobispo de Canterbury. A excepción de Benedicto XVI, ningún otro líder actual de Iglesia o religión compagina desde similares cotas de armonía la suprema dirección jerárquica con la profunda hondura teológica. Francisco J. Molina ha vertido el original inglés (ed. 2001) para Sígueme, a cuyo cuerpo editorial se ha de agradecer esta iniciativa de indudable utilidad para catedráticos, profesores y alumnos de ciencias eclesiásticas. Argumento, este del arrianismo, que negaba la divinidad de Cristo dando pie con ello a la herejía cristiana arquetípica. El autor lo afronta con rigor científico en tres capítulos centrales: ‘Arrio y la crisis nicena’ (1); y ‘la teología’ (2); y ‘la filosofía’ (3). Sigue un epílogo (teológico), logrado dentro de una dimensión de trascendencia ecuménica.

Quienes tuvimos de profesor en el Augustinianum de Roma a Manlio Simonetti, firma referente en las reflexiones de Rowan Williams –otra es la del profesor Henry Chadwick–, no hallaremos difícil adivinar su hacer patrístico en estos capítulos. Acercar una figura colosal del siglo IV como la de Arrio a hoy se antoja, de un lado, quehacer nada fácil; pero, de otro, argumento para el que se necesita la habilidad de un teólogo que, como es el caso, sabe ser y estar. Williams, en efecto, ha conseguido esto cumplidamente.

El arrianismo

Analiza en la introducción, comparándolas, lecturas del arrianismo hasta 1986 a cargo de autores de la talla de Newman, y de Harnack, sin omitir tampoco a Gwatkin, Elliger, Telfer, Barnes y Wiles, entre otros. No dejó Williams de reconocer, cuando emprendió este análisis, que “el esfuerzo por comprender a Arrio y a sus seguidores –en la medida de lo posible, en sus propios términos– está plagado de dificultades, puesto que casi todo el material primario que poseemos ya está determinado por las polaridades descritas en los especialistas apenas citados. Comprender tales procesos –prosigue luego fijando metas– significa experimentar la ortodoxia como algo todavía futuro (llegar a ser, a cierto nivel, “coetáneos” con el debate).

Este libro es la versión española de la segunda edición inglesa (2001), la que permitió a Rowan Williams “responder a diversas críticas y reconocer los fallos, así como ofrecer nuevas pruebas en algunos casos”, trabajo acometido en un apéndice adicional titulado ‘Arrio desde 1987’, donde suministra al lector una “breve visión general de algunos comentarios y críticas que estimulen aún más el debate y la reflexión”.

Ciertamente, Arrio constituye un argumento que desborda con mucho el mero estudio histórico de carácter académico. En las páginas aquí reseñadas, a medio camino entre la biografía y la historia de las ideas, el autor muestra con la brillantez propia de quien domina el terreno que pisa la importancia que determinados temas siguen teniendo en la actualidad, y de qué modo ciertos tipos de tradicionalismo pueden terminar transformándose, también ellos, en otra herejía más.

Reconocido teólogo, y escritor, y poeta, y actual primado anglicano, Rowan Williams, doctorado por la Universidad de Oxford (1975) y estudioso en el Christ’s College de la Universidad de Cambridge, casado con la teóloga Jane Paul y padre de dos hijos, cuenta con un montón de obras de teología, espiritualidad y poesía, algunas, como la que aquí presento, traducidas a otras lenguas.

Páginas son estas, en fin, que, de modo similar, por ejemplo, a las de Motivos para creer: introducción a la fe de los cristianos (Salamanca, 2008), reportarán señalado provecho para la teología, la ética, la oración y la espiritualidad.

En el nº 2.757 de Vida Nueva.

Actualizado
09/06/2011 | 12:45
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