Religiosos en red contra la exclusión laboral

Tres congregaciones participan en el programa ‘Incorpora’ de ”la Caixa”

MARINA DE MIGUEL | Personas con algún tipo de discapacidad, jóvenes con fracaso escolar, mayores de 45 años, inmigrantes, parados de larga duración o mujeres afectadas por situaciones de violencia de género. Todos ellos, al margen de las diferencias propias de su experiencia vital, comparten un futuro oscuro: especiales dificultades de acceso al mundo laboral. Conscientes de ello, son muchas las entidades religiosas y sociales que dedican todo su trabajo a abrir una rendija a la esperanza a través del asesoramiento, la formación y la mediación con el sector empresarial. Desde 2005 cuentan con un apoyo más, el programa ‘Incorpora’ de la Obra Social ”la Caixa”, cuyo objetivo es la integración laboral de personas en riesgo de exclusión. [Siga aquí si no es suscriptor]

Es una red 248 entidades sociales adheridas al programa, que se coordinan a través de 21 grupos distribuidos por toda España y Marruecos. En el grupo de Madrid, cuyo acuerdo se firmó el pasado 21 de marzo, están presentes los Salesianos Madrid, los Mercedarios de la Provincia de Castilla y la Comunidad La Salle / San Fermín, a través del colectivo Alucinos-La Salle.

‘Incorpora’ potencia la profesionalización y capacidad de inserción laboral de las entidades adheridas, y posibilita, económica y formativamente, que cada una de ellas cuente con un técnico de inserción laboral. En 2010 se impartieron 11 cursos ‘Incorpora’ de Técnico en Integración Laboral, de los que se han beneficiado más de 1.000 técnicos en todo el país.

“El programa representa un apoyo muy importante para poder desarrollar el tema de la inserción laboral y llevarlo a buen término”, explica Luis Alberto Guijarro, responsable de pastoral juvenil de los Salesianos Madrid. La congregación participa en esta iniciativa a través de la Federación de Plataformas Sociales Pinardi, que agrupa a varios centros de la Comunidad de Madrid.

Estas nacieron hace 20 años para dar respuesta a los jóvenes que habían sufrido fracaso escolar y no tenían otra agarradera para poder continuar su formación y, por tanto, insertarse en el mundo laboral de una manera normal. “Cuando no tienes trabajo ni recursos para sobrevivir, los riesgos de exclusión son muy grandes, porque te ves abocado a situaciones conflictivas, como las drogas o la delincuencia”, añade Guijarro. Para coordinar esta labor, hace 10 años se creó la Federación Pinardi, que busca y gestiona los recursos económicos, pone en común trabajos y experiencias.

En la actualidad, cerca de 250 jóvenes participan en los programas de formación para el empleo de la Federación y sus plataformas. Cuentan con el apoyo de más de 70 trabajadores y 29 voluntarios y el aval de las diferentes administraciones públicas, tercer sector y empresas privadas. El nivel de inserción sociolaboral y de retorno al sistema educativo es superior al 60%.

Baja formación de los jóvenes

Las principales dificultades en la consecución de un resultado positivo son, a juicio del salesiano, la baja formación de los muchachos y su corta edad. “Hay algunos chavales que cuando terminan en una plataforma tienen 17 años, y a esa edad es muy complicado la incorporación al mundo laboral. Para solucionarlo, intentamos prolongar el proceso un año más. En cuanto a la formación, a las empresas les resulta muy arriesgado el contratar, y más en estos tiempos de crisis, a gente que no saben si va a cumplir”, apunta Guijarro.

Ante esta perspectiva, el programa ‘Incorpora’ resulta muy valioso: al tiempo que ayuda a la empresa a que asuma su responsabilidad con la sociedad, permite que estas trabajen conjuntamente. “Al final, lo que nos facilita esta iniciativa es que podamos trabajar en red, de tal forma que todas las empresas con las que cada uno contacta están al servicio de todos. Somos una gran bolsa de empresas”, resume Luis Callejas, director de la fundación La Merced Migraciones, gestionada por los Mercedarios de la Provincia de Castilla.

“Pretendemos ofrecer una respuesta integral ante la realidad excluyente que viven las personas refugiadas e inmigrantes menores y jóvenes no acompañados”, sigue. Para ello cuentan con cinco centros de acogida y un centro de integración sociolaboral cuyos usuarios son los que más se benefician del programa ‘Incorpora’. “Suelen ser chavales que ya están regularizados y que, dada su baja cualificación laboral, necesitan mediación empresarial por nuestra parte”.

Entre las tareas que realizan desde la fundación figuran: acompañamiento en procesos formativos, talleres de itinerarios previos a la inserción laboral, identificación y preselección de candidatos, asesoramiento a la empresa en los trámites de regularización y realización de los trámites, además de seguimiento y mediación en los primeros meses. “La complicidad y el apoyo de numerosos empresarios, conscientes de su responsabilidad social, ha permitido que más de 450 menores no acompañados acogidos en nuestro programa alcanzasen sus objetivos, pasando a formar parte de la población activa de nuestro país”, añade Callejas.

El barrio de San Fermín es uno de los más humildes de Madrid, empobrecido y castigado muy duramente por el desempleo, las drogas o el fracaso escolar. Nada más establecerse allí, la Comunidad de La Salle se unió a la asociación Alucinos, creando el colectivo Alucinos-La Salle, de acogida, apoyo y seguimiento a niños, jóvenes y adultos en riesgo de exclusión social. Cuentan entre sus numerosos proyectos con un servicio de Orientación y Formación Laboral –con el que participa en ‘Incorpora’– que, coordinado por el hermano Emiliano Díez González, tiene como objetivo “facilitar la búsqueda activa de empleo, mediante un servicio de acogida, formación, orientación y seguimiento para cualquier persona que lo necesite”.

“Fuimos de los primeros que nos reunimos con la Obra Social ”la Caixa” para sugerir que subvencionara acuerdos relacionados con el empleo”, añade el religioso para indicar que, con el paso de los años, el programa se ha ido perfeccionando, de igual manera que las entidades se han marcado metas mayores. Entre los objetivos de Alucinos-La Salle para el período 2011 figuran: atender a 500 personas, insertar a 135 y visitar e informar a 45 empresas, con el propósito de que 30 inserten a alguna persona y 10 firmen convenios.

Iniciativas acordes con los nuevos tiempos

Aunque importante, la labor que realizan los Salesianos Madrid, la fundación La Merced Migraciones o el colectivo Alucinos-La Salle va más allá del papel mediador que facilita el programa ‘Incorpora’. La Federación Pinardi cuenta con iniciativas encaminadas a colectivos en riesgo de exclusión como servicios de orientación y mediación familiar, acogida y acompañamiento de menores protegidos por la Administración, actuaciones de sensibilización para prevenir la violencia contra las mujeres y favorecer la igualdad de oportunidades, o programas de alfabetización.

Como paso posterior a la formación en el sector de la hostelería, Alucinos-La Salle cuenta con el Asador Amaia, en el que, además de impartir clases, los estudiantes van adquiriendo experiencia. Los beneficios que se obtienen del restaurante se dedican a los programas socioeducativos de la entidad.

Finalmente, la propia creación de la fundación La Merced Migraciones es una respuesta a las necesidades actuales. “Durante mucho tiempo habíamos trabajado como entidad religiosa, pero no podíamos dar respuesta a todas las necesidades que iban surgiendo. Con la creación de la fundación, damos continuidad al trabajo realizado por los mercedarios durante estos 25 años y facilitamos un futuro a los chavales con los que trabajamos”, explica Luis Callejas, indicando que esto ha permitido, entre otras cosas, la creación de una empresa de inserción laboral.

En el nº 2.753 de Vida Nueva

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