La luces de un largo y fecundo pontificado

JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Santo subito. Juan Pablo II será beatificado el domingo, Primero de Mayo, en la fiesta de la Divina Misericordia, la misma fiesta en la que pasó al encuentro del Padre. Han pasado seis años y la Iglesia declara ahora que, en su vida y ministerio, hubo virtudes vividas en grado heroico como para que su nombre se registre en el libro de los santos y su vida sea propuesta como modelo. Espigo algunas de las razones por las que Karol Wojtyla puede ser considerado “grande”.

1. El grito pronunciado por él desde el inicio de su pontificado, “¡abrid las puertas al Redentor!”, fue una elocuente invitación a un estilo que marcó su destino. Apertura a Jesucristo, cuando las puertas de la sociedad intentan cerrarse en un mundo posmoderno, marcado por la filosofía de la sospecha. No fue un Papa teólogo o filósofo, sino un convencido de la necesidad de Dios en las vidas marcadas por estas corrientes que habían proclamado la muerte de Dios.

2. En sus viajes mostró el rostro de una Iglesia que salía al encuentro de los hombres y mujeres para mostrarles su cercanía y la Buena Nueva del Reino. La capacidad viajera del Papa fue una muestra de su grandeza y de su labor.

3. Grande fue también su empeño en tejer una red diplomática que sirviera de enlace con las naciones de la Tierra, consciente del papel de la Santa Sede en la solución de conflictos, en su papel mediador, en su defensa de los derechos humanos.

4. Supo ofrecer en su magisterio y en la doctrina social que propuso, recogiendo la sana tradición de sus antecesores, una tercera vía como alternativa al socialismo y al capitalismo, los grandes bloques ideológicos y económicos que abusan de la persona. Una tercera vía que apostó por el hombre y su dignidad.

5. Cabe destacar la grandeza del diálogo ecuménico e interreligioso. El Espíritu de Asís, mal entendido por algunos curiales del momento, fue un paso decisivo en este gran reto.

6. Importante y significativa fue la petición de perdón por los desmanes que la Iglesia ha cometido a lo largo de la historia. El Jubileo del año 2000 pasará a la historia como el gran año del perdón y de la reconciliación, primer paso para evangelizar.

7. La universalización de la Curia, pese a no haberla renovado plenamente, fue uno de los factores importantes, rompiendo la línea italiana de sus predecesores, si bien es verdad que, en algunos momentos, esta universalización fue solo en una línea concreta, que trajo más problemas que soluciones.

8. Fue el Papa que se asomó de forma clara a los medios de comunicación. Estuvo a la altura de una sociedad de la comunicación que se iba abriendo paso.

9. Fue un Papa que puso en valor la riqueza cultural de la Iglesia y el valor pedagógico de su historia.

10. Y un Papa que hizo del sufrimiento y del dolor un testimonio del servicio petrino en la última hora. Su imagen débil mostró un rostro de grandeza.

director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.751 de Vida Nueva.

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