Haití, un ‘kairós’ para la vida religiosa latinoamericana

La CLAR celebró en Puerto Príncipe su Junta Directiva anual

Participantes en la Junta Directiva de Puerto Príncipe

GABRIEL NARANJO SALAZAR. CM. SECRETARIO GENERAL DE LA CLAR | Para nadie era un secreto que la XLI Junta Directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR) de este 2011 en Puerto Príncipe era, al mismo tiempo, una temeridad y una profecía, y la presidencia, responsable de su compleja organización, fue siempre consciente de este doble atrevimiento. Por una parte, la ciudad quedó deshecha con el terremoto de 2010, y sus estructuras logísticas se desplomaron aún más con el huracán que arreció después; la epidemia del cólera amenazó y afectó no tan solo a la salud, sino al tejido social del país, como sucedió con los resultados electorales: ambos factores desataron airadas revueltas populares.

De hecho, las instancias que habían apoyado la decisión de acudir a la capital haitiana insinuaron a última hora un aplazamiento, porque la publicación de los resultados de la segunda vuelta electoral el 4 de abril, precisamente cuando comenzaban a llegar los participantes, era una amenaza real, por ejemplo, para el funcionamiento del aeropuerto.

Pero, de otro lado, si “Haití no existe” –como afirmó en 2004 el periodista y escritor Christophe Vargny–, si su drama es ético, si los últimos meses desnudan un cataclismo histórico, si los campamentos de refugiados son resultado no solo de la falta de gestión, sino de una sociedad excluyente, si lo único que demuestra la ayuda internacional es su propio fracaso, si los resultados electorales denotan una pérdida colectiva de la memoria… Si el lema de la CLAR de este trienio es Escuchemos a Dios donde la vida clama, Haití se merecía estos riesgos.

Una Junta Directiva congrega estatutariamente a la presidencia y a las presidentas y presidentes de la conferencias nacionales. Esta vez atrajo la presencia de casi todo el equipo de teólogas y teólogos, una representante de la Conferencia de Religiosas de los Estados Unidos (LCWR), otra de España (CONFER) y otro del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), y dos funcionarios del Secretariado General. En total, 37 participantes que se congregaron del 9 al 12 de abril no para dar, sino para recibir, escuchar, aprender.

Con esta actitud se acercaron a los “nuevos escenarios” de Cité Soleil (los campamentos de refugiados), a las experiencias intercongregacionales de las Conferencias de Brasil y Ecuador, donde se concentran los conglomerados humanos más explosivos, y al servicio para la recuperación postraumática de la presencia también intercongregacional de Canadá y de la Célula de Ayuda Psicosocial, en la ciudad; y en el campo, a Leogane, epicentro del terremoto, y a Kazal, ejemplo de respuesta evangelizadora con las comunidades eclesiales de base.

Y vislumbraron el rostro de “los sujetos emergentes” al escuchar la voz interpretativa del nuncio, monseñor Bernardito Auza; de un joven pastoralista, P. Lissaint Antoine, que trabaja en el Servicio Jesuita a Refugiados; de un curtido teólogo, P. William Smart, que dirige el Centro Intercongregacional de Formación Religiosa (CIFOR); y de una educadora psicóloga, H. Matilde Moreno, española inserta en Haití desde hace varios años. Del mismo tono, pero más explícitamente eclesial, fueron las homilías del propio nuncio, del presidente del Episcopado local, monseñor Louis Kébrau, y del arzobispo de Puerto Príncipe, monseñor Guy Poulard.

Clamores y respuestas

A los clamores de las necesidades básicas, la dignidad e identidad de las personas, las relaciones generadoras de vida y los procesos de fe y de Iglesia, intentará dar respuesta la CLAR con el apoyo a proyectos de escucha de la voz de la Vida Religiosa, recuperación del tejido social, formación evangelizadora, cambio sistémico y nueva sede de la Conferencia Haitiana de Religiosos (CHR).

La presidencia se apresurará a compartir y mantener vivo este acontecimiento que marcará su historia, con la dedicación a Haití del próximo número de la Revista, y hará lo posible por orientar y animar la respuesta de las conferencias nacionales con la ayuda de la recientemente conformada comisión Haití-CLAR.

La Junta Directiva constató que Haití es realmente un kairós gracias al apoyo de las directivas de la CHR, del nuncio, de los Padres Scalabrinianos, de las Dominicas de la Presentación y de la comunidad del Foyer de Charité Sainte Marie, que la alojaron en sus casas, y de las comunidades religiosas que la acogieron en sus lugares de trabajo y la edificaron con su testimonio.

En el número 2.751 de Vida Nueva

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