Peregrinos a Tierra Santa

JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Los viajes a Tierra Santa han ocupado gran parte de la literatura viajera, desde la ya emblemática Eteria, la monja gallega que en su largo viaje, entre 381 y 384, recogió sus impresiones en su Itinerarium ad Loca Sancta. Pero también otros, como Fray Antonio de Lisboa y su Viaje a Oriente (1507), o el monje de Guadalupe, Fray Diego de Mérida, que describió su peregrinación en un bello manuscrito, o Miguel de Mata, Fray Pedro de Santo Domingo, Mark Twain, José María Gironella, o el mismo Gustave Flaubert, quien dejó la impronta de su importante visita antes de emprender Madame Bovary en su Viaje a Oriente.

Hoy quiero destacar la obra del monje benedictino de Monserrat Buenaventura Ubach, experto orientalista, creador del Museo del Oriente Bíblico de la abadía y de una escuela sólida del orientalismo antiguo en Cataluña. La novela El Arqueólogo, de Martí Gironell, retrata su carácter aventurero, impulsando la incipiente popularidad del benedictino.

Este año se celebra el centenario de un museo que merece ser visitado. Releer estos días a los clásicos viajeros a Tierra Santa es hacer una peregrinación de papel y tinta, muy recomendable en tiempos débiles.

director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.750 de Vida Nueva

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