¡Zapatero y cierra España!

JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Se va Rodríguez Zapatero. Su fantasma no quedará en el armario de la Moncloa para divertimento de magos y sibilas. Se va, y su sangre en la arena mediática es espectáculo dantesco. Yo, como García Lorca con la sangre de Sánchez Mejías, me niego a verla, a olerla, a leerla. “Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena ¡Que no quiero verla!”.

Prefiero cerrar los ojos a esa sangre a borbotones que salpica la arena mediática. No quiero ver la sangre en plumas alquiladas que lo escoltaron desde que salió elegido entre urnas también ensangrentadas. Pienso más bien, y con tristeza, en su contumaz ejercicio por borrar lo cristiano del mapa hispano, cosiendo lo que no estaba roto y fraguando leyes que no se le ocurre hacerlas, en plena crisis económica, ni al que asó la manteca.

Hubo quien dijo que era un adolescente díscolo y hasta hay quien lo llamó “casposo anticlerical”. Su empeño esnobista por abanderar el laicismo europeo solo le sirvió para echarse encima a algunos de sus militantes y a muchos de sus votantes. Como patrón del laicismo por narices, tan solo nos queda gritar a una sola voz ¡Zapatero y cierra España!

director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.749 de Vida Nueva

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