‘En el centro de la tormenta’, un huracán de decencia

J. L. CELADA | Que Bertrand Tavernier esté de vuelta es siempre una buena noticia para quienes descubrimos también en el cine, más allá del puro entretenimiento o de su necesaria carga de profundidad (llámese ética, compromiso, denuncia, reflexión…), un poderoso vehículo narrativo. Todo un arte en vías de extinción, de no ser por nombres como el suyo, cuya capacidad para contar historias –muchas de ellas, eso sí, inspiradas en textos ajenos– le convierten en un clásico del oficio.

En su dilatada trayectoria, el veterano realizador francés ha acometido adaptaciones de los más diversos géneros y procedencias. Con la última regresa a los Estados Unidos para versionar una novela de James Lee Burke que ‘actualiza’ las nuevas andanzas del detective Dave Robicheaux por el sureño Estado de Luisiana.

Aunque el original literario está escrito a principios de los años 90, el director ha decidido trasladar los hechos casi hasta nuestros días, introduciendo así un elemento decisivo desde el punto de vista argumental, escénico y metafórico: las secuelas que el virulento huracán Katrina dejó a su paso por la zona en 2005, y que hoy se dejan sentir aún en forma de malversación de las ayudas recibidas tras el desastre.

Un ambiente corrupto y sin escrúpulos al que deberá enfrentarse el protagonista de En el centro de la tormenta, mientras trata de esclarecer algunos misteriosos crímenes.

En una atmósfera impregnada por la asfixiante humedad de ciénagas y marismas, nuestro investigador (un espléndido Tommy Lee Jones) va atando cabos en sus pesquisas guiado por un doble consejo: no comprometer sus principios ni abandonar su causa. Quien se lo sugiere es un viejo general de la guerra civil norteamericana, que se le aparece cual fantasma del pasado a este ex combatiente del Vietnam, porque las contiendas “nunca acaban del todo”. Una sensación muy presente a lo largo del filme cuando salen a relucir esos conflictos bélicos, pero también al recordar viejos episodios de violencia racista o el caciquismo y la corrupción surgidas en torno a la penúltima tragedia natural.

Un terreno pantanoso, como la orografía del lugar, ensombrecido por la niebla de prejuicios y sucios intereses, que pondrá a prueba la integridad de un individuo complejo (casi tanto como la interesante nómina de personajes secundarios); un tipo duro, aunque sensible, solidario y familiar; un católico que se debate entre la tentación de aplicar la justicia fuera de la ley y el remordimiento de la culpa. Un ser humano, en fin, contradictorio, pero decente y honesto. ¿Se podría decir lo mismo de otro policía como Torrente? Por fortuna, ambas películas tampoco admiten comparación. Aquí hay buen cine negro. Lo de Santiago Segura es solo un oscuro sucedáneo de este arte.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: In the Electric Mist

DIRECCIÓN: Bertrand Tavernier

GUIÓN: Jerzy Kromolowski y Mary Olson-Kromolowski, basado en la novela In the Electric Mist with Confederate Dead, de James Lee Burke

FOTOGRAFÍA: Bruno de Keyzer

MÚSICA: Marco Beltrami

PRODUCCIÓN: Michael Fitzgerald y Frédéric Bourboulon

INTÉRPRETES: Tommy Lee Jones, Peter Sarsgaard, John Goodman, Mary Steenburgen, Kelly MacDonald

En el nº 2.747 de Vida Nueva

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