Un libro de Enrique Montalt (Desclée De Brouwer, 2010). La recensión es de Jesús Sastre.
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El consejero pastoral. Manual de “relación de ayuda” para sacerdotes y agentes de pastoral
Autor: Enrique Montalt
Editorial: Desclée De Brouwer
Ciudad: Bilbao
Páginas: 160
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(Jesus Sastre) Enrique Montalt, autor de varios títulos sobre autoestima y crecimiento personal, presenta este libro, fruto de su memoria del Máster de Counselling, con la pretensión de que sea una guía para el ejercicio de la consejería pastoral. Parte para ello de la importancia que va tomando la concepción de la Iglesia como comunidad sanante que valora el encuentro, la relación interpersonal y el intercambio de experiencias que propician la integración personal. Un contexto donde surge la figura del “pastor consejero”.
El objetivo de estas páginas es aplicar el counselling o relación de ayuda al ámbito pastoral, recogiendo los contenidos fundamentales del tema: antropología pastoral, perfil del consejero pastoral (actitudes, funciones y tareas) y principios del diálogo pastoral. La conclusión sintetiza la figura del consejero pastoral desde la perspectiva de Henri J. M. Nouwen en El sanador herido.
Dirigida a los agentes de pastoral, sacerdotes o seglares, para ayudarles en el asesoramiento a personas como parte de la psicología humanista integral, la obra hace una significativa observación: “En los seminarios se hace poco o nada para preparar adecuadamente a los futuros sacerdotes a la misión de encuentro personal con los creyentes” (p. 58).
La teología pastoral y la teología espiritual, pues, deben considerar las posibilidades del counselling como relación de ayuda no-directiva. Acertados son los “peligros, errores y desviaciones del consejero pastoral” (pp. 71-82) para evitar la tentación de hacer algo para lo que no se está preparado. No es que el counselling y la acción pastoral se confundan; tienen elementos comunes y diferenciados que, debidamente armonizados, pueden ser muy fructíferos.
La clave está en que el diálogo pastoral no es una relación entre dos personas, sino entre tres: el consejero pastoral, el interlocutor y Dios. Al consejero la corresponde facilitar el encuentro sanador y salvador entre la persona y Dios, y asegurar su veracidad. Hacer bien esta mediación requiere fundamentar el diálogo pastoral en principios teológicos, filosóficos y psicológicos.
Libro breve y práctico, que se lee bien, con una estructura pedagógica y buena presentación. Un instrumento útil, en suma, para los agentes de pastoral que se inician en la pedagogía personalizadora de la educación de la fe.
En el nº 2.746 de Vida Nueva.
