La vida en el planeta clama por su defensa y conservación

La Iglesia brasileña lanza una nueva Campaña de la Fraternidad para esta Cuaresma

(Graziela Cruz. Brasil) La 47ª Campaña de la Fraternidad (CF), promovida por la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB, por sus siglas en brasileño) para el tiempo cuaresmal, fue inaugurada oficialmente el pasado día 9, Miércoles de Ceniza. El lanzamiento, presidido por el secretario general de la CNBB, Dimas Lara Barbosa, tuvo lugar en la sede del Episcopado, en Brasilia, y arrancó con un mensaje de Benedicto XVI. A continuación, el secretario ejecutivo de la CF, el padre Luiz Carlos Dias, se refirió a los objetivos de la Campaña y a su dinámica de aplicación en diócesis, parroquias y comunidades de todo el país.

Como ya es habitual, la CF aborda un tema actual que afecta a toda la sociedad: en esta ocasión, “Fraternidad y la Vida en el Planeta”. Bajo el lema La creación gime con dolores de parto (Rm 8, 22), la Iglesia brasileña dirige su atención en esta Cuaresma al calentamiento global y el cambio climático. Además de ofrecer ideas para la reflexión, otro de los objetivos de la CF es emprender acciones concretas para preservar la vida en la Tierra.

Cartel de la Campaña de la Fraternidad 2011

Para el secretario general de la CNBB, cuando la Iglesia habla de tales cuestiones, lo hace movida por la fe. “La fe –afirmó Lara Barbosa– nos hace ser concretos en un debate como este. Nuestra fundamentación es teológica, y se basa en el diseño de Dios para la creación y para el ser humano”. Y añadió: “La ecología humana es una cuestión fundamental planteada por Juan Pablo II y por Benedicto XVI. Según el Papa, el centro del universo es la persona humana y, a menudo, las políticas públicas no tiene en cuenta esto, especialmente a los más vulnerables, los más pobres”.

El secretario ejecutivo de la CF, por su parte, explicó que esta preocupación de la Iglesia por el medio ambiente está ligada a su misión de defender la vida. Y es que “el estado de nuestro planeta requiere atención para seguir proporcionando las condiciones necesarias para la vida”, recordó el padre Luiz Carlos Dias.

Los materiales para la reflexión están incluidos en el texto base de la CF 2011, de 124 páginas y dividido en cuatro partes. Primero, se presenta un análisis de la realidad, que recoge las causas del calentamiento global y el cambio climático.

Se establece luego un vínculo entre ese calentamiento global y las actividades humanas, cuestionando el modelo de energía del país; se denuncia la deforestación y la quema de bosques, responsables del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Brasil; y se interpela a la agroindustria y el modelo de desarrollo actual. La campaña alerta también ante las amenazas a la biodiversidad y el riesgo de escasez de agua en el planeta.

La segunda parte busca en la Biblia, la teología y la palabra de la Iglesia los fundamentos del tema y el lema de la CF. El tercer apartado señala acciones que pueden ser emprendidas por individuos, comunidades, gobiernos, empresas e instituciones para preservar la vida en el planeta.

Esta no es la primera vez que la CF aborda la cuestión del medio ambiente. En 1979, debatió el tema “Por un mundo más humano” (Preserve lo que es de todos); en 2004, “Fraternidad y Agua” (Agua, fuente de vida); y en 2007, se recordó a la Amazonía con el tema “Fraternidad y la Amazonía” (Vida y misión en esta tierra).

Recogida y reciclado de basura

En Brasil, son muchas las iniciativas pastorales comprometidas con la conservación del medio ambiente. En São Paulo, la Pastoral de la Ecología no solo promueve seminarios de reflexión y formación sobre problemas medioambientales, sino también acciones locales según las necesidades. Es el caso de la Asociación Reciclázaro, en la que los fieles de una parroquia iniciaron una campaña de acogida para personas sin hogar y de limpieza de la plaza cercana a la misma.

“Hubo un fuerte trabajo de divulgación sobre la recogida selectiva y el reciclado de basura”, recuerda su coordinador, José Manuel Rodrigues, quien destaca la participación en la iniciativa de esas personas que viven en la calle, con la consiguiente generación de ingresos para ellas.

En Belo Horizonte (Minas Gerais), es ejemplar la labor realizada desde hace 21 años por la Asociación de Recolectores de Papel y Materiales Reciclables (Asmare). Fundada por la Pastoral de la Calle junto con un grupo de antiguas personas sin hogar, reúne hoy a cerca de 300 trabajadores que recogen y reciclan al mes 500 toneladas de basura.

En el nº 2.745 de Vida Nueva.

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