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Secretos de un arzobispo


Un libro de Teresa Gutiérrez de Cabiedes (Ciudad Nueva, 2010). La recensión es de Jesús Sastre.

Secretos de un arzobispo. Diálogo con Mons. Francisco Pérez González

Autora: Teresa Gutiérrez de Cabiedes

Editorial: Ciudad Nueva

Ciudad: Madrid

Páginas: 288

(Jesús Sastre) El título y la portada son sugerentes, y suscitan el interés del lector por conocer lo que un arzobispo responderá a muchas preguntas. Estas se organizan en 19 capítulos, con títulos tan periodísticos como: “El obispo mantel”, “Pastor de almas ¿VIP?”, “Las movidas del Espíritu”, “El ADN espiritual”, “Cristianos ‘pata negra’”, “Top secret de un arzobispo”, etc. De entrada, el formato entrevista es atractivo y, hasta ahora, poco frecuente entre nuestros obispos. La entrevistadora está entregada al cometido, y se nota admiración por el entrevistado. En el talante de las preguntas se percibe que es discípula de quien prologa la obra, Paloma Gómez Borrero.

Un libro-diálogo se puede orientar de muchas maneras; aquí ha elegido un camino, y no se le puede pedir lo que no pretende. Su intención e hilo conductor es posibilitar al entrevistado, monseñor Francisco Pérez, la exposición de su manera de entender los grandes temas: la fe, la Iglesia, la vida cristiana, el ministerio, la mujer en la Iglesia, la moral católica, el ejercicio de la autoridad…

El modo de preguntar, así como las introducciones y conclusiones de cada capítulo, están al servicio de las respuestas. No hay preguntas de contraste o críticas. Quizás son demasiadas preguntas y las respuestas muy breves, sobre todo en algunas cuestiones que hubieran exigido más argumentos y matizaciones; un ejemplo: la guerra de Irak, la eclesiología que subyace a muchos temas, la valoración de los medios de comunicación, la consideración de la mujer en la Iglesia, etc. Una pregunta llama la atención: “¿De derechas o de izquierdas?”. El entrevistado responde: soy “de centro… tomista”: porque en el medio está la virtud (p. 72). ¿Qué se quiere decir? Algunas respuestas son genéricas y un poco abstractas; recuerdan principios importantes, pero no llegan a concreciones prácticas.

El tono es sencillo, franco, experiencial y espiritual. Las palabras de don Francisco describen una personalidad profundamente creyente y que ama a la Iglesia; insiste en la comunión y en la cercanía pastoral. En sus respuestas se ve la espiritualidad del Movimiento Focolar.

Bienvenido sea este modo de dialogar de un arzobispo; ojalá que con este formato se ensayen otros diálogos, como algunos del cardenal Martini, con menos preguntas y cuestiones más centradas en temas candentes donde se juega la credibilidad de la Iglesia, la fe adulta y el futuro del cristianismo. Se lo agradeceríamos mucho a nuestros pastores.

En el nº 2.744 de Vida Nueva.

Actualizado
04/03/2011 | 10:09
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