‘Iesu Communio’ mueve ficha

(Joaquín L. Ortega– Sacerdote y periodista)

“…“El mundo necesita, más de lo que parece, de vuestra presencia y vuestro testimonio”. Ahí es, precisamente, donde ‘Iesu Communio’ ha movido ficha. La verdad de su vida espantará todas las fábulas, los misterios y las fantasías que sobre ellas han llovido últimamente…”

Si alguna preocupación de pastoral global inquieta hoy a la Iglesia, ésa es la evangelización. La atención por el tema la despertó Pablo VI, como lógica secuela del Vaticano II. Juan Pablo II definió teóricamente la nueva evangelización y la puso en marcha. Ahora, Benedicto XVI, además de haber escrito que “existimos para evangelizar”, ha creado el instrumento curial que, desde Roma, promocionará la evangelización en toda la Iglesia.

Promociones aparte, existen ya iniciativas e instituciones que viven la evangelización como objetivo y como mística. Es el caso de ‘Iesu Communio’, que se ha presentado en sociedad –o en Iglesia– en la Catedral de Burgos. Las hermanas venían ya en su larga gestación cultivando la ‘categoría’ teológica y pastoral de la evangelización, desde sus atalayas de Lerma y de La Aguilera.

En los textos que han hecho públicos –un comunicado colectivo y una hermosa y profunda carta de la Madre Verónica a sus hermanas clarisas– aparecen con énfasis algunas citas de la alocución de Juan Pablo II a las monjas de clausura, pronunciada en noviembre de 1982 en el Carmelo de Ávila.

Por ejemplo: “Vosotras podríais dar la repuesta evangelizadora que esperan tantos jóvenes de nuestro tiempo”; o “Vuestros monasterios son comunidades de oración, lugares sagrados, y podrían ser también centros de acogida para personas que buscan una vida que no les ofrece la sociedad de consumo”; o “El mundo necesita, más de lo que parece, de vuestra presencia y vuestro testimonio”.

Ahí es, precisamente, donde ‘Iesu Communio’ ha movido ficha. La verdad de su vida espantará todas las fábulas, los misterios y las fantasías que sobre ellas han llovido últimamente.

En Vida Nueva, hace casi dos años, me atreví a decir que “sor Verónica va dócilmente a donde el viento de Dios la lleve”. Ahora me arriesgo de nuevo a decir lo mismo. Sólo que aplicado también a su ‘Iesu Communio’.

En el nº 2.742 de Vida Nueva.

Compartir