Hacia el desarrollo de una Teología Indígena

Costa Rica acogió el II Encuentro Nacional de Pastoral para este colectivo

(Mª Dolores Villagómez) Pueblos Cabécares de Ujarrás y Chirripó, Bribris de Salitre y Talamanca, Brunka de Boruca Centro, Misioneras de la Madre Laura, Hermanas de la Caridad de Santa Ana, sacerdotes de Limón, Cartago y San José, claretianos, vicentinos y laicos participaron al inicio de este mes en el II Encuentro Nacional de Pastoral Indígena celebrado en Amubri, Talamanca, en Costa Rica.

A pesar de la minoritaria presencia indígena, el diálogo intercultural fue una constante en una cita que contó con la experiencia de agentes que han vivido con indígenas en Colombia, Panamá, Ecuador o México. En el caso de Costa Rica, que cuenta con 64.000 indígenas de ocho etnias, la reunión supuso un gran reto para el país, cuyas instituciones estatales y las diversas Iglesias invisibilizan a los indígenas.

A fin de fortalecer las identidades indígenas de las comunidades que acompañan los agentes de pastoral participantes, este II Encuentro quiso reflexionar sobre la Teología Indígena como eje permanente para el análisis de la práctica pastoral. Así, durante el mismo, se abrió un espacio para definir el significado y el hacer de dicha teología. También se reconstruyó el relato de la Creación, lo que ayudó a identificar los mitos sobre ella con los que cuentan y la responsabilidad para su cuidado.

Los asistentes destacaron la urgencia de identificar y recuperar las tradiciones y enfrentarse a aspectos que no lo favorecen, como la educación formal que no toma en cuenta los contextos indígenas; también el recelo de los indígenas mayores al no compartir su conocimiento porque los jóvenes no lo valoran, o la pérdida de valores culturales de los más jóvenes por la influencia de los medios de comunicación. Y, a nivel intraeclesial, señalaron que hay agentes de pastoral que atienden a las comunidades indígenas sin considerar su cosmovisión; también la presencia de Iglesias protestantes, que dividen a las mismas comunidades.

El reconocimiento y constitución del indígena como sujeto; el fortalecimiento de su identidad, su historia, su proyecto de vida, su cultura y sus vivencias; el acceso a las fuentes propias, a la narración de los mayores; el diálogo con otras religiones y culturas en un mundo globalizado, y el acompañamiento a los pueblos indígenas en sus luchas fueron algunos de los compromisos adquiridos en Amubri.

Al término de la reunión, los participantes emitieron un comunicado exhortando a la Iglesia del país “a cumplir su misión reconociendo y valorando el aporte de los pueblos indígenas”, y exigen al Estado que cumpla “sus obligaciones establecidas en el Convenio 169 de la OIT y la Ley Indígena, así como a aprobar la Ley de Desarrollo Autónomo (Núm. 14352) que se encuentra en el Plenario Legislativo desde hace 18 años”, y piden a la opinión pública su “apoyo solidario y respetuoso a los pueblos indígenas”.

En el nº 2.742 de Vida Nueva

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