El nuncio en México pide que no se acepten ‘narcolimosnas’

Christophe Pierre reclama a la comunidad católica actuar con transparencia y honestidad

(Pablo Romo Cedano. México D.F.) Christophe Pierre, nuncio apostólico en México, al analizar en Oaxaca hace unos días la situación del país, reconoció que los niveles de violencia están creciendo en el contexto de la guerra contra el crimen organizado, emprendido por el Gobierno federal, y agregó que “este problema es de dimensión internacional, porque su fuente principal es la pobreza, pero hay que involucrar a la sociedad para que ponga al individuo en el centro”.

En efecto, cada día crece más la brecha que separa a los ricos de los pobres en este país y, con ella, la preocupación de la Iglesia por la violencia desatada; y los llamados se hacen mayores cuestionando a la sociedad en sus valores y honestidad, exhortando a vivir los principios evangélicos en medio de la “angustiante situación que viven miles de mexicanos”, como manifestó el propio nuncio, al tiempo que pidió a los pastores no aceptar ningún tipo de ‘narcolismosnas’, que generan escándalo en medio de la grey.

El nuncio apostólico convocó a la comunidad católica a actuar con transparencia y honestidad, y a rechazar el dinero que algunos delincuentes ofrecen para la manutención de templos o el desarrollo de obras de beneficencia.

Esta petición tiene trascendencia, pues en los últimos meses se han registrado escándalos en los que grandes capos de la droga y políticos de poca reputación han ofrecido grandes sumas para la edificación de templos o el mantenimiento de los mismos. En Michoacán, por ejemplo, hay casos en donde los criminales edifican templos en sus fincas y piden a sacerdotes que celebren sacramentos en ellos.

La preocupación de la Iglesia se extiende también a la situación que viven los migrantes (VN, nº 2.740) y ha sido muy significativo que Christophe Pierre califique el trato a los transmigrantes centroamericanos como “escandaloso” justamente en Oaxaca, Estado donde se han registrado cientos de desapariciones de estos hombres y mujeres que buscan llegar a los Estados Unidos: “La violación de los derechos humanos de los migrantes centroamericanos que se dirigen a la frontera estadounidense por México es escandalosa”.

Esta expresión es un claro y abierto apoyo al trabajo de quienes atienden centros para la acogida de estos migrantes, como el P. Alejandro Solalinde. Hay que recordar que muchos de estos religiosos han recibido amenazas de muerte por parte de las bandas que trafican con personas, en tanto que las autoridades niegan los hechos. En una agria polémica, hace unos días, el Defensor del Pueblo, Raúl Plascencia, confrontó a las autoridades de migración por negar el secuestro y desaparición de cientos de guatemaltecos y hondureños, y mostró documentación que acreditaba la existencia de estos crímenes, de los que han sido víctimas miles de centroamericanos.

El nuncio Pierre concluyó su reflexión recordando el mandamiento de “no matarás”: “Hay muchas personas –afirmó– que se olvidan de Dios. Y es esencial en la vida del hombre. Si vivimos sin este anhelo necesario, habrá gente, como los jóvenes, que se pregunten ‘¿por qué voy a hacer el bien?’, ‘¿por qué no voy a matar?’”.

Lecciones en Colombia contra el crimen organizado

(Vida Nueva) El tema de la violencia en el país es una de las cuestiones que más preocupa al episcopado mexicano. Por esta razón, una delegación de obispos se desplazó la pasada semana hasta Bogotá para participar en la Asamblea Plenaria de los prelados de Colombia y conocer sobre el terreno su trabajo pastoral en favor de la no violencia y la construcción de la paz. Según un comunicado de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social en México, “la Iglesia en Colombia ha jugado un papel muy importante en la mediación de la paz en ese país, que se ha enfrentado al crimen organizado y a los carteles de la droga aún a costa de la vida de sacerdotes y obispos”. Ahora, de lo que se trata, es de que ambos episcopados intercambien información, compartan experiencias pastorales y se analicen los aspectos que están detrás de las causas de la violencia.

En los últimos tiempos, como en su día lo fue la colombiana, es la Iglesia mexicana la que está siendo objeto de ataques por parte de grupos mafiosos. También se ha incrementado de manera significativa el número de agresiones, extorsiones y amenazas a sacerdotes y religiosos. En algunas localidades de la zona del norte del país, las iglesias se han visto obligadas a modificar sus horarios de tarde ante la ola de violencia desatada en la región.

Enb el nº 2.741 de Vida Nueva

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