Confer organizará en la JMJ un festival de la Vida Consagrada
(Fran Otero) Dijo Benedicto XVI hace unos meses que la Iglesia sin los religiosos no es, que la Vida Consagrada no podrá morir. Algo parecido podría decirse de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en Madrid este año, para la que muchas congregaciones religiosas se están movilizando. Participarán en unión con jóvenes de parroquias, movimientos, grupos de diferentes países en la que se considera la mayor fiesta de la juventud católica. Pero, además, tendrán un espacio reservado para mostrar su especificidad y su vocación.
Por eso, Confer tomó la iniciativa y –en representación de los Institutos de Vida Consagrada españoles– lleva varios meses preparando, con el apoyo de la Comisión Episcopal correspondiente, lo que se llamará Macrofestival de la Vida Consagrada. Será un espacio para ofrecer su modo de vida y hacer “una propuesta de vida plena y feliz en el seguimiento a Jesucristo dentro de la Iglesia”.
Un evento artístico
El evento, que todavía no está cerrado y del que se ocupan varios grupos de trabajo, ofrecerá lo mejor de los religiosos a través de su propia vocación, sus testimonios y su presencia –están muy implicados en la organización, alojamiento y atención a jóvenes para la jornada de Madrid–. Será, según apuntan desde la organización, “un evento artístico de gran calidad que muestre el ser de la Vida Consagrada en España y en el mundo”.
El espectáculo girará en torno a tres palabras clave: Llamados, Reunidos y Enviados, y está previsto que se sucedan una serie de actuaciones y otras artes, entre las que se intercalarán diversos audiovisuales y testimonios. Llevará por título VEN+ID y tendrá lugar en al Palacio de los Deportes de Madrid el 18 de agosto a las 21 horas.
Y como todo evento, el festival busca cumplir una misión. Pretende dar a conocer a los jóvenes que participen en la JMJ la vitalidad y fecundidad de los religiosos en España y proponer la Vida Consagrada como una vocación posible y magnífica para ser feliz. Pero también manifestar la alegría del seguimiento a Cristo dentro de la Iglesia según la vocación de cada uno, y celebrar de una forma joven la comunión de vocaciones y carismas dentro de la Iglesia católica.
Tal y como manifestó a Vida Nueva Luis Manuel Suárez, claretiano y miembro del Área de Pastoral Juvenil y Vocacional de Confer, la JMJ “es una oportunidad” para, con el resto de la Iglesia, “transmitir la fe a los jóvenes”. “Es una oportunidad para la evangelización sin precedentes en nuestro territorio nacional”, recoge la organización en un pequeño dossier. Es el propio religioso claretiano quien insiste en que la Vida Religiosa tiene mucho que ofrecer en un evento de estas características, al que ve también como un momento propicio para que se susciten nuevas vocaciones.
Abuelos de campaña
Mientras no llega la semana clave, todo son preparativos. También las campañas publicitarias para animar a los jóvenes a involucrarse en la JMJ. La última idea de los organizadores ha sido implicar a los mayores, los abuelos, para que dejen de ser meros espectadores y pasen a la acción.
Para ello, se han realizado spots protagonizados por seis personas que hoy son abuelos y abuelas y rememoran momentos históricos vividos en España en los años 60. Así, durante estas semanas se expedirán y distribuirán más de 15.000 carnés de lo que se conoce como El Club de los Abuelos, y se prevé que otros miles lo descarguen de Internet.
Los titulares de este carné adquieren compromisos, entre los que destacan animar a sus nietos para que se inscriban cuanto antes, ofrecerse como voluntario en su parroquia para lo que haga falta, o animar a otros abuelos y amigos para que se sumen al club. La primera en inscribirse fue Rosa García, quien apuntó que “es un orgullo poder ayudar y dedicar mi tiempo para que este encuentro mundial juvenil sea un éxito en todos los sentidos”. “Animo a todos los abuelos a formar parte”, añadió.
El director de Márketing del evento, Gabriel González-Andrío, señaló que “se trata de una campaña simpática y emocional, que nos hace especial ilusión, pues creemos que también los abuelos tienen un papel clave en esta gran fiesta de fe”.
En el nº 2.740 de Vida Nueva.
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