Murales en Torre Rossa

(Jorge Juan Fernández Sangrador– Director de la BAC)

“Aznar Ibáñez fue uno de los 3.524 estudiantes –123 han sido nombrados obispos– que pasaron por las diversas sedes del Colegio desde que Manuel Domingo y Sol lo fundó en 1892: una gran familia que, formada en torno al Papa, ha prestado cualificados servicios a la Iglesia y a la sociedad”

Las obras de reparación efectuadas en el Pontificio Colegio Español de San José, en Roma, han dado un nuevo aire al edificio, que luce espléndido en Via di Torre Rossa. Los murales que adornan la escalera que conduce a la planta noble apenas llamaban la atención cuando, al entrar en el vestíbulo, uno se los encontraba de frente. Ahora, resplandecientes, invitan a detenerse ante ellos para contemplar las escenas de la historia religiosa de España allí representadas.

Son obra de José Aznar Ibáñez (Zaragoza, 1930-1998). Fue ordenado sacerdote en 1954 y enviado a Roma en 1956 por el arzobispo de Zaragoza para estudiar arqueología y arte sacro. Entre 1959 y 1965 ejecutó varios trabajos en el Colegio Español, sobre todo murales al fresco y pirograbados: en el refectorio grande, la Virgen dando de comer al Niño y los monumentos de Roma; en el de autoridades, la Última Cena; en el pasillo principal, la Virgen de la Clemencia; en la capilla Mater Clementissima, Cristo entregando las llaves a san Pedro y la caída de san Pablo en el camino de Damasco; en la capilla San Juan de Ávila, la Virgen con el Niño. Se le atribuyen también las vidrieras y el retablo de la Iglesia.

Aznar Ibáñez fue uno de los 3.524 estudiantes –123 han sido nombrados obispos– que pasaron por las diversas sedes del Colegio desde que Manuel Domingo y Sol lo fundó en 1892: una gran familia que, formada en torno al Papa, ha prestado cualificados servicios a la Iglesia y a la sociedad.

jjfernandezs@vidanueva.es

En el nº 2.739 de Vida Nueva.

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