“El discurso del rey”: coraje

(A. J. Rivera) Un hombre ha crecido a la sombra de su apellido, en la comodidad de ser el hijo menor que no tiene que prepararse para ser rey, el hijo pequeño de un padre estricto que no entiende ni quiere entender sus limitaciones. “¡Hazlo, venga, lee!”, apremia, sin ningún tacto, al adulto que se vuelve niño y que traduce su ‘trauma’ en una tartamudez continua y molesta para todos. ‘Trauma’, por decir algo, porque después de ver la película, no acaba de quedar claro si Jorge VI tartamudeaba porque le tenía miedo a su padre, a la gente o a sí mismo. Ni importa. Lo único interesante es asistir a su empeño por seguir hacia delante.

El Jorge VI de El discurso del rey no es un héroe que blande su espada ni un megalómano pagado de sí mismo, sino un hombre normal que se ve obligado a ocupar un puesto extraordinario y que quiere hacerlo con la mayor dignidad y profesionalidad posible. Y eso es coraje.

No está solo en su batalla: le acompañan la insistencia amorosa de su esposa (muy buena Helena Bonham Carter, tan alejada de sus habituales y esperpénticos papeles, que interpreta con maestría) y, sobre todo, un heterodoxo y sensato logopeda con la educación suficiente para tratar a un rey, pero sin remilgos para regañarle o ser sarcástico, con tal de sacar lo mejor de él.

Lionel Logue (que así se llama el personaje interpretado por  Geoffrey Rush, sí, el de Piratas del Caribe, aquí más aseado e igual de espléndido) sabe a dónde quiere llegar; a Jorge VI le da miedo, pero no tiene otra opción; no es por el honor o por una dinastía, ni por un país; ni siquiera por su mujer; simplemente, por más que le pueda asustar, no quiere que ese micrófono le anule la vida. La relación que se establecerá entre ellos es lo que le dará fuerzas y luz para avanzar, así como ciertas dosis de comedia que le vienen muy bien al filme y al contexto en el que se desarrolla esta historia basada en hechos reales, en los momentos previos a la II Guerra Mundial.

Colin Firth está, simplemente, maravilloso. Su Globo de Oro precede a un Oscar que todo el mundo da por hecho y que, de ser así, será muy merecido. Su interpretación de un tartamudo es tan seria y creíble que duele la propia garganta (sobre todo, claro, en versión original); en definitiva, la película es él. Así que si uno no tiene todas las oportunidades que quisiera para ir al cine, quizá ésta no sea la obra del año, pero desde luego no va a tirar el dinero.

Un último detalle: intente abrir los oídos en el esperado discurso, porque, por desgracia, el tema está tan de actualidad, que sólo esas palabras ya merecerían la pena.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: The King’s Speech.

DIRECCIÓN: Tom Hooper.

GUIÓN: David Seidler.

FOTOGRAFÍA: Danny Cohen.

MÚSICA: Alexandre Desplat.

PRODUCCIÓN: Iain Canning, Emile Sherman y Gareth Unwin.

INTÉRPRETES: Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bonham Carter, Michael Gambon, Guy Pearce, Timothy Spall, Derek Jacobi, Eve Best.

En el nº 2.739 de Vida Nueva.

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