Libros

Ética profesional de los profesores


Un libro de Emilio Martínez Navarro (Desclée de Brouwer, 2010). La recensión es de Tomás de la Torre.

Ética profesional de los profesores

Autor: Emilio Martínez Navarro

Editorial: Desclée De Brouwer

Ciudad: Bilbao

Páginas: 296

(Tomás de la Torre Lendínez) La dedicatoria es una declaración apabullante: “A quienes aman la enseñanza, y desean tener la moral alta”. Es el deseo del profesor Martínez Navarro, con el que abre un libro ambicioso, detallado, pedagógico, sugerente, estimulante, lleno de vital experiencia. Aquí está su secreto y por eso me lo he embaulado de una sentada. Engancha porque está lleno de una vivencia práctica que quien firma estas líneas vive a diario en la Secundaria, lo que invita a meterse dentro del personaje: el profesor.

Cuando uno se traga sus casi 300 páginas, sale sabiendo actuar éticamente en todos los ámbitos de la enseñanza, una misión tan antigua y tan nueva, tan complicada y tan apasionante, aunque no atraviese su mejor momento. Desde El pedagogo, de Clemente de Alejandría, hasta hoy, la ética en el profesor, ante los alumnos, sus familias, los compañeros, los ciudadanos, las autoridades educativas… es un deseo de los docentes. Que hayan conseguido actuar con una ética profesional ejemplar ya es otra cosa.

El libro tiene un nervio de principio a fin: la vocación por la docencia en una sociedad plural, multicultural, democrática y que lucha por la libertad de los ciudadanos, llamados a vivir una ética civil que deben aprender en las aulas mientras se construyen como personas a la sombra de sus profesores, profesionalmente éticos y buenos en el sentido machadiano del adjetivo.

El entramado ético está apoyado en una visión liberal de una sociedad que, sin profesores que pongan en práctica su misión ética en la educación –abiertos a la conversación, a la búsqueda colectiva de la verdad, a la creación de comisiones de diálogo entre los diversos actores de esa misión–, sería el final de una cultura y, por lo tanto, de la propia civilización.
Me llama la atención la intención pedagógica de toda la obra: tras varios capítulos, aparecen cuadros de autocontrol, comentarios de texto y otros resúmenes, muy indicativos de la larga experiencia del autor.

He aquí, pues, una excelente herramienta de trabajo para quienes aún estamos en la brega educativa, porque nos afianza en los criterios y actuaciones éticas como profesores: en la transmisión de conocimientos y en la construcción de las generaciones futuras. También debería ser parte esencial de estudio, lectura reposada y apoyo indiscutible para los universitarios que sientan vocación por la educación y deseen hacerla su medio de vida.

En el nº 2.738 de Vida Nueva.

Actualizado
21/01/2011 | 07:52
Compartir