El joven obispo de Solsona llega para “hacer cosas nuevas”

Xavier Novell apela a una nueva evangelización “extensa y profunda” que genere santos

(Jordi Llisterri. Foto: Gyna Canals) Xavier Novell, ordenado obispo de Solsona el pasado domingo 12, se presentó a su diócesis dispuesto a renovar y a sorprender. Novell, sacerdote de la misma diócesis, presenta este mensaje en un obispado eminentemente rural, ubicado en el centro de Cataluña, con 120.000 habitantes y en el que la mitad de los sacerdotes están ya jubilados.

El que ahora es el obispo más joven de España (41 años) sucede a Jaume Traserra, quien ya le había confiado varios cargos en la curia. Novell dice que mantendrá las iniciativas de su predecesor, pero que su mandato “no será continuista”. “Quiero hacer cosas nuevas”, afirmó el día de su ordenación episcopal: “Nacerán nuevas iniciativas y me gustará impulsarlas todas”.

La catedral de Solsona no pudo acoger a las 3.000 personas que reunió el evento, presidido por el arzobispo Luis Ladaria, el secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe y que dirigió el doctorado en Teología que Novell defendió en 2004 en la Universidad Gregoriana de Roma.

En la homilía, el religioso jesuita invitó a acoger al nuevo obispo destacando su juventud: “Que nadie te desprecie porque eres joven”. Ensalzó la vocación de servicio del ministerio episcopal y remarcó que “el primer obispo es Jesucristo”. Junto a Ladaria, estaban concelebrando más de veinte obispos, entre ellos los cardenales Lluís Martínez Sistach y Ricard Maria Carles, el nuncio Renzo Fratini, el arzobispo castrense, Juan del Río, y el de Tarragona, Jaume Pujol.

Para una pequeña capital como Solsona, la llegada de un obispo se convierte en un acontecimiento seguido por toda la ciudad. Así, la celebración empezó a primera hora de la tarde en el ayuntamiento y, desde allí, salió el pasacalle de gigantes, bailes, pirotecnia y bestiario del folclore local que acompañaron al obispo hasta su nueva sede.

Novell también quiso visualizar en la celebración su vinculación con la pastoral de jóvenes y niños y situó un centenar de niños en la primera fila de la catedral, por delante de las autoridades y las familias que participaron en la ceremonia.

En este ambiente festivo, Novell terminó sus primeras palabras ya como obispo llamando a una “nueva evangelización extensa y profunda que permita de nuevo hacer de esta tierra una tierra de santos”. Fue una invitación directa: “Os convoco, ya desde ahora, para la obra más extraordinaria que jamás se haya visto en nuestras comarcas desde que fueran evangelizadas hace muchos siglos”.  Su promesa fue: “No os defraudaré”.

En el nº 2.734 de Vida Nueva.

Compartir