ACNUR reduce ayuda económica a proyectos sociales de la Iglesia

Los programas continuarían en 2011 pero con menos recursos

El mantenimiento de albergues para desplazados podría verse afectado

(Texto : J. Escobar– Foto: IPS) En 2011 al menos 20 programas que articula la Secretaría Nacional de Pastoral Social (SNPS) podrían verse afectados como consecuencia de la decisión que tomó la ACNUR de reducir un 60% de la ayuda económica, que venía aportando y cuyo monto ha sido de 1000 millones de pesos anuales. No obstante, la decisión en perspectiva de la SNPS no contempla hasta el momento suspender ninguno de los  programas en marcha y cuya acción responde a los efectos que genera el conflicto desde las zonas rurales y  semirurales del país.

Entre las razones que habría tenido la ACNUR para reducir tan drásticamente su aporte como ayuda a las iniciativas que se articulan desde la Iglesia  en todo el territorio nacional, habría sido el mensaje que de un tiempo hacia acá ha expresado el Estado colombiano de cara al exterior, en el sentido de haber superado los fenómenos derivados del conflicto como el paramilitarismo y el hecho de estar atendiendo y resolviendo los demás como el desplazamiento y otros. Como segunda razón estaría la crisis económica a nivel mundial para disponer  de recursos por parte de los gobiernos de países desarrollados. El pasado 24 de noviembre hubo una reunión en Bogotá entre representantes de ambos organismos para hacer una primera evaluación de la situación que plantea un nuevo escenario para la pastoral social y sus programas en el inmediato futuro, con menos disponibilidad de recursos.

Llamados a hacer más con menos

Fuentes cercanas revelaron a Vida Nueva Colombia que en adelante se actuará más sobre unas  prioridades temáticas al tiempo que ha quedado planteado una serie de retos para la Pastoral Social en 2011 que es el de estimular como en otros tiempos un mayor nivel de voluntariado.

Después del desplazamiento interno y sus efectos, la segunda gran preocupación de la Pastoral Social en Colombia ante este panorama es la atención a un fenómeno equiparable al primero pero a nivel internacional y extracontinental.  Se trata de personas que huyen de países africanos y de medio oriente (Etiopía, Irak, Pakistán y Srilanka entre otros)  en conflicto y que terminan pisando territorio colombiano.  La atención a este nivel, es alta y exigente. De hecho, hace parte del programa de la Pastoral Fronteriza, una respuesta que se da en coordinación con ACNUR, y a través de la cual, se atiende y asiste en materia de derecho internacional humanitario. En este sentido, en Colombia se registrarían situaciones de hecho, como la  tendencia de las autoridades migratorias de devolver a este tipo de migrante extranjero, cuando tiene derecho a ser atendido. Con mayor razón cuando el espacio colombiano se ha convertido tanto en territorio de paso como de destino en materia de refugio. En ese escenario se mueve el Monitoreo de Fronteras en zonas como la región suroriental (Mocoa y Tumaco), con agentes de pastoral especializados en el tema.

Proyectos que podrían afectarse

Iniciativas en marcha como el proyecto de prevención de reclutamiento de menores en Arauca;  educación para la paz en Sincelejo y sus alrededores, así como en otras partes del país; el apoyo en educación a jóvenes en el Chocó; el monitoreo de fronteras y atención a desplazados extracontinentales -Pastoral Fronteriza-; la creación y mantenimiento de albergues para desplazados en Soacha; los programas educativos para los desplazados (en extraedad); el programa de Vida, Justicia y Paz, presente en un amplio sector regional del país, así como otros que tienen que ver igualmente con la asistencia a víctimas.

En el nº 17 de Vida Nueva Colombia.

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