Editorial

Cataluña, sus raíces cristianas y su futuro

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Publicado en el nº 2.733 de Vida Nueva (del 11 al 17 de diciembre de 2010).

El próximo día 27 de diciembre se celebra el 25º aniversario del documento suscrito por los obispos de las diócesis catalanas Arrels cristianes de Catalunya (Raíces cristianas de Cataluña), un texto base para poder entender la realidad de la Iglesia que peregrina en aquellas tierras (los adjetivos y las preposiciones dan lo mismo; cuestionarlos es tema baladí). Aquél era un texto vivo, marcado por la aplicación del Vaticano II y alumbrado desde la ilusión y la responsabilidad; un texto que ha servido de impulso para experiencias de Iglesia no suficientemente valoradas y entendidas, y que han sido atacadas injustamente desde cierto anticatalanismo que se vive en el resto de España, azuzado por intereses distintos a los religiosos. Aquel documento no era perfecto, pero sí era una base de trabajo seria que ha servido de plataforma evangelizadora para aquellas viejas Iglesias que buscan su raíz para dar respuesta al futuro y que, en el ruido secularista, han sabido mantener el ardor conciliar. No se puede responsabilizar, como torticeramente se hace, a aquel documento y plan pastoral del secularismo que invade la sociedad catalana, y que no es nada más que un adelanto de lo que el resto del país ha empezado a vivir. El documento episcopal, trabajado con una amplia participación, sigue vivo.

Tan es así que de su importancia y vigor han dado fe los actuales prelados catalanes, quienes en su última reunión decían: “Nos reafirmamos en lo que ya nuestros predecesores enseñaban en su documento Raíces Cristianas de Cataluña, del cual celebraremos el 25 aniversario el próximo diciembre, que demanda una nueva reflexión y que continúa siendo un referente significativo en las actuales circunstancias (…). Respetando la pluralidad de opciones que se dan entre los cristianos y en nuestra sociedad, invitamos a todos a promover el diálogo y el encuentro, para conseguir una convivencia pacífica, justa y duradera”.

Los obispos demandan, reconociendo su valor, “una nueva reflexión” y piden un esfuerzo de diálogo ante la “pluralidad de opciones”. Es oportuno, puesto que el tiempo pasa y se hace necesaria una reflexión en base a la realidad actual. La visita del Papa a Barcelona ha sido uno de los tonificantes más fuertes que ha recibido la estima de unas comunidades eclesiales marcadas por la crisis en la identidad cristiana, como sucede en otros lugares de España, con crecientes índices de secularismo. Unas Iglesias que han sufrido el ataque y el menosprecio de otros lugares. Unas Iglesias que han tenido que fortalecer sus vínculos con la Iglesia de Roma para no perder su genuina y vieja eclesialidad, cuestionada por algunos sectores de la Iglesia oficialista.

La Iglesia en Cataluña necesita de un voto de confianza por parte del resto de las Iglesias españolas, y necesita replantearse con vigor aquel documento base. Se están haciendo diversas reflexiones en los más distintos ambientes. Es bueno que se pueda hacer, que se pueda escuchar y que se pueda hablar.

El documento Raíces cristianas de Cataluña expresaba lo que entonces decía la Iglesia en relación a nuestro país y que ha constituido, y sigue constituyendo, un referente para la acción pastoral. Se trata de construir Cataluña desde sus raíces haciendo cultura, economía o política a partir de las grandes ideas que también el cristianismo ha aportado. En Cataluña se han puesto las bases para poder convivir en una sana laicidad. Aquel documento lo hizo y, hoy por hoy, las relaciones entre la Iglesia y los gobernantes pueden auspiciar un espacio para ese trabajo en común.

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