Los pueblos de España ya son tierra de misión

El Movimiento Rural Cristiano busca responder al avance del secularismo

(M. Á. M.) En las últimas décadas, al igual que sucede en los centros urbanos, los pueblos de España están experimentando una creciente secularización. Aunque, en este caso, no por el retroceso de las tradiciones religiosas, sino como consecuencia de su progresiva despoblación, llevando a situaciones como que un sacerdote se vea obligado a atender a casi 20 pueblos, sin apenas habitantes y separados entre sí. El reflejo de este sombrío panorama, junto al objetivo de buscar respuestas concretas, es lo que ha protagonizado las conclusiones del último Encuentro Nacional de Consiliarios Rurales, organizado por el Movimiento Rural Cristiano (MRC) y el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos, de Acción Católica.

Bajo el lema Acompañar y ser acompañados en nuestros pueblos, la cita congregó en Madrid, los días 16 y 17 de noviembre, a 32 consiliarios y sacerdotes de las diócesis de León, La Rioja, Teruel, Soria, Zaragoza, Albacete, Toledo, Plasencia, Coria-Cáceres, Mérida-Badajoz y Málaga.

Entre los ponentes, Antonio Carrascosa, teólogo y consiliario rural, indicó que los sacerdotes han de ser “acompañantes de nuestros pueblos, siendo vigías de los signos del Reino y ayudantes de su crecimiento”. El trabajo en grupos buscó indagar en el “apagamiento de una pastoral de cristiandad, sin quedarnos en la nostalgia y la restauración; alumbrando comunidades rurales desde lo poco y lo sencillo; no desde la búsqueda de la eficacia, sino desde lo fecundo; desde la fe inquebrantable, como acompañantes a los grupos de laicos, de que algo nuevo está brotando en el mundo rural”, informa Enrique Gómez Rodríguez, consiliario nacional del MRC.

Actualidad de la Iglesia

En su alocución, el director de Vida Nueva, Juan Rubio, repasó la actualidad de la Iglesia, resaltando los aspectos que marcan la misión en un contexto de fuerte secularismo. La siguiente reflexión, a cargo de Dolores Aleixandre, profesora de Sagrada Escritura, expuso cómo la fuerza de la misión radica “en el aprendizaje vital del Jesús acompañante”, concluyendo que la opción evangelizadora de los pueblos ha de estar en “ser testigos de los procesos que viven las personas que hacen camino con los curas de pueblo”.

En el nº 2.732 de Vida Nueva.

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