Las diócesis españolas oran por la vida naciente

(F. Otero) El pasado 27 de noviembre, las diócesis españolas celebraron vigilias por la vida naciente, recogiendo así la invitación que había realizado Benedicto XVI tras convocar una en Roma con motivo del congreso La familia como protagonista de acciones específicas de la pastoral, evento organizado por el Pontificio Consejo para la Familia. Así sucedió en la catedral de Santiago de Compostela, donde el arzobispo Julián Barrio indicó que “un cristiano no puede conformarse con unas leyes que en sí son inmorales” y, por ello, añadió que “tienen la obligación de oponerse a toda ley que atente contra la vida humana”. “La Iglesia y los que la formamos sentimos el deber de dar voz a quien no tiene”, dijo.

Por su parte, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, en una misa en la catedral con motivo del Congreso de las Hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes, invitó a los participantes a unirse a las intenciones del Pontífice y subrayó que “es un deber de todos respetar la vida humana, el primero de todos los derechos humanos”. En este sentido, apuntó que la Iglesia “debe hacer todo lo posible para ayudar a las mujeres embarazadas”.

También se unió a estos actos el obispo de Lleida, Joan Piris, en una parroquia de su diócesis. Días antes, reiteraba en una carta el carácter “sagrado e inviolable de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural”. Explicaba que se podrá seguir discutiendo sobre el feto, pero que “está claro que un óvulo fecundado es algo (alguien) vivo con un código genético propio, un ser vivo que llegará a desarrollarse si no se le impide”.

Concluida esta iniciativa, la mirada se pone en la fiesta de la Sagrada Familia de finales de mes. Entre otras iniciativas, el arzobispado de Barcelona ha convocado una misa en la Sagrada Familia para dar gracias por la visita del Papa y en la que se rezará por la familia y la vida.

En el nº 2.732 de Vida Nueva.

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