(Maite López Martínez)El 11 de noviembre tenía lugar la gala de los Grammy Latinos 2010, celebrada en el centro de convenciones del hotel Mandalay Bay de Las Vegas. La novedad de esta edición radica en que, tras una pausa de nueve años, la música católica se ha hecho presente en la sección de música cristiana con dos nominaciones.
El primer disco que optaba al premio es del conocido P. Zezinho, en un álbum donde presenta 16 temas, de los cuales 14 son inéditos y dos son versiones nuevas de sus cantos. El disco se titula Ao país dos meus sonhos y ha sido editado por las Paulinas de Brasil. Los otros nominados son el grupo de rock Rosa de Sarón, con el disco Horizonte distante. Se trata de un grupo, también brasileño, con una trayectoria de muchos años y que inició su actividad en 1988, consolidándose como una banda representativa del rock católico en su país.
La historia de los Grammy Latinos comenzó en el año 2000 con 12 secciones y 40 categorías a concurso en español. La música cristiana se introdujo en el evento en 2002 y, en aquella ocasión, fue el padre Marcelo Rossi el que con su álbum Paz-Ao Vivo (de Universal Music Brasil) se convertía en el primer exponente cristiano en ganar tal premio. El único católico por el momento. En el año 2004 se dividió este premio en dos secciones, dando lugar al formato actual: mejor álbum cristiano en español y mejor álbum cristiano en portugués. Los galardones de este año han sido para Tienes que Creer, de la venezolana Mónica Rodríguez (español), y Na Extremidade, de Marina de Oliveira (portugués).
Una mirada sobre las candidaturas durante estos años nos lleva a la conclusión de que la música cristiana está en clara expansión gracias, sobre todo, al mercado y a la actividad de nuestros hermanos de las iglesias protestantes, mucho más aventajados a nivel técnico, artístico y de marketing en cuestiones de evangelización a través de la música.
En el nº 2.731 de Vida Nueva.
