Miriam Fernández: “La vida es aprender a bailar bajo la lluvia”

Cantautora

(Marina de Miguel) “La vida no es quedarse a esperar que pase la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia”. Ésta es la filosofía que Miriam Fernández lleva poniendo en práctica desde que nació, pues, como dice, “el sufrimiento te va a venir siempre, pero hay que mojarse y buscar la manera de extraer algo de él que te haga crecer”. Puede que en este pensamiento se encuentre la clave por la que esta joven cantautora, que saltó a la fama en 2008 al ganar la segunda edición del programa Tú sí que vales (Telecinco), desprende una serenidad impropia de sus 20 años.

“La música me ha salvado de muchas. Para mí no es un negocio, es una forma de expresarme y una tabla de salvación”, explica, recordando, por ejemplo, cómo le ayudaba a superar en su infancia las burlas que le hacían otros niños a causa de su parálisis cerebral, que afecta a la parte locomotora de las piernas. “Cuando llegaba a casa, me encerraba en mi cuarto a escuchar música y se me olvidaban los problemas”.

Ahora tiene la oportunidad de ofrecer ese mismo consuelo a los demás. A finales de mes, la editorial San Pablo lanzará al mercado su primer disco, Bailando bajo la lluvia. Al ser suyas todas las canciones, es una puerta directa al corazón. “Se van a encontrar con una Miriam que dice lo que piensa y lo deja reflejado de una manera clara, incluso cruda, cuando los temas son de tanta gravedad que así lo requieren”, adelanta. Uno de ellos es su firme apuesta por la vida, lo que le ha llevado a apoyar cualquier congreso, manifestación o iniciativa en pro de los derechos de los no nacidos. “En este mundo hay una venda que no nos deja ver la realidad y muchos callan la conciencia con palabras para disfrazar…”, dice en la letra de Canta por la vida.

“Lo más bonito de esto es que me estoy dando cuenta de que lo que hago, aunque sea poco, sirve para algo”, dice rememorando cuando, en un congreso en Bilbao, se le acercó una niña con discapacidad y, llorando en sus hombros, le dijo que no había sabido lo que era sonreír hasta que escuchó su testimonio. Aún hoy, muchos internautas siguen buscando en la Red su interpretación en el concurso del tema central de la película La sirenita (Disney) porque, como escriben, han encontrado en esta joven esperanza y ganas de vivir.

En el disco también está presente todo el amor que ha recibido de la familia que la adoptó y le dio los medios para superar todo obstáculo; como que nunca iba a poder caminar, algo que, tras mucho esfuerzo, ha logrado con la ayuda de un andador. Fuerza de mujer está dedicada a su madre, mientras Papá, campeón es un homenaje a su padre, fallecido hace unos años.

Diversidad de temas

Pero Bailando bajo la lluvia, que está pensada para oyentes de todas las edades, aborda otros aspectos de la vida, como el desencanto amoroso (Ilusiones rotas), el maltrato (Gritos en silencio), la injusticia (Indiferente) o la alegría de vivir, cuya canción da nombre al disco.

Igual que ella, muchos jóvenes están luchando para que la sociedad les escuche. “Creo que en los últimos años se ha conseguido mucho en este sentido. En las manifestaciones a las que voy en defensa de la vida he podido ver que cada vez son más los jóvenes que participan en ellas. Eso está bien, somos el futuro”. La misma sensación aprecia en lo que respecta a la Iglesia, prueba de ello es la Jornada Mundial de la Juventud, en la que participará cantando y contando su experiencia.

Aunque tiene la mente llena de ilusiones y proyectos, tanto relacionados con la música como con la comunicación audiovisual –carrera que está cursando–, su máxima aspiración es muy diferente. “Me da igual ser famosa o que la gente sepa quién soy, lo único que quiero es que se queden con mi mensaje: nunca hay que rendirse”.

En esencia

Una película: varias, como El ilusionista, de N. Burger, o Titanic, de J. Cameron.

Un libro:
Bella, en el que Eduardo Verástegui cuenta sus experiencias como director de la película homónima.

Una canción: Man in the mirror, de Michael Jackson.

Un deporte: la natación.

Un lugar del mundo: París, es mi asignatura pendiente.

Un deseo frustrado:
ser bailarina.

Un recuerdo de la infancia: actuar en un musical escolar de La Bella y la Bestia.

Una aspiración:
que mi música ayude a mucha gente.

Una persona:
mi madre.

La mayor tristeza:
la muerte de mi padre.

La última alegría:
el disco.

Un sueño:
ser capaz de cumplir la misión por la que estoy aquí.

Me gustaría que me recordasen por…
haber ayudado a los demás cuando lo necesitaban.

En el nº 2.730 de Vida Nueva.

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