Julia García: “En España, la Vida Religiosa camina buscando lo esencial”

Secretaria general de CONFER

(Luis Alberto Gonzalo-Díez, cmf- Foto: Luis Medina) Julia García Monge es una mujer madura y esperanzada. Aprendió, desde hace años, a mirar a las dificultades de frente; por eso es capaz de celebrar la esperanza. Antes de estar en CONFER, dedicó muchos años al servicio del gobierno y la educación en su congregación, las Calasancias. Lleva un año largo de secretaria general y tiene esa sabiduría que ayuda para salir de la prisa y la indecisión: “Con el paso del tiempo –dice– se relativizan muchas cosas y va quedando el poso de lo que merece la pena vivir. Se mira la vida con mayor bondad y se goza con lo pequeño”.

¿En qué consiste su tarea?

No puede ser otra que trabajar cada día para que los objetivos que tiene la CONFER se vayan haciendo realidad: la promoción y animación de la Vida Religiosa dentro de la misión eclesial, la coordinación y cooperación con la Conferencia Episcopal y con cada uno de los obispos, fomentar la relación con los laicos, apoyar iniciativas conjuntas. A la secretaria general le corresponde “estar al servicio de la CONFER para la adecuada coordinación y ejecución de las decisiones y actividades de la misma y de todos sus organismos”. Lo que deseo de una forma prioritaria es estar al servicio. Es el verbo que el Evangelio nos invita a conjugar en cualquier realidad y el que aquí quiero vivir con sencillez y alegría.

¿Es fácil aglutinar, coordinar, crear ambientes comunes?

Me han facilitado mucho mi trabajo. Hay un grupo de religiosos, religiosas y laicos en CONFER que vive este servicio con mucha dedicación y entrega. Por ello resulta gratificante coordinar actividades o ejecutar decisiones que son asumidas con responsabilidad y creatividad. Percibo un clima de comunión con el Consejo General, el Equipo Directivo, con los responsables de cada una de las Áreas y Servicios. Y los pequeños problemas, que también surgen en el día a día, se encajan bien en este clima de confianza y buen humor.

¿Cómo ve la Vida Religiosa de España?

Desde esta atalaya, que es en cierta forma la sede de CONFER, se percibe una Vida Religiosa plural. El camino recorrido en el proceso de renovación al que nos invitaba el Concilio Vaticano II ha tenido distintos ritmos, y también distintos acentos, pero creo que puede hablarse de una Vida Religiosa que camina en búsqueda de lo esencial, que ha aprendido a estar cercana a los pobres y les pone rostro y nombre, que tiene los ojos abiertos para descubrir la sed de Dios en los hombres y mujeres de nuestro tiempo, que mira con esperanza el futuro, porque se sabe en manos de Dios. Ha crecido en todos nosotros el sentido eclesial, la disponibilidad para responder mejor con iniciativas apostólicas adecuadas. El mayor reto será siempre ser vida entregada a Jesucristo y a su causa, una Vida Religiosa compasiva y misericordiosa que no tiene miedo de mirar a la gente que se fatiga y sufre, ni a la realidad de este momento de nuestra historia.

Cuéntenos una alegría y una preocupación desde que trabaja en la “casa común de la Vida Religiosa”…

No puedo hablar de la mayor alegría. Son las alegrías de cada día las que van haciendo la alegría mayor: el pequeño servicio que se hace a quienes se acercan a la CONFER, los pequeños pasos en el camino de la comunión, el descubrir tanta entrega en la gente que trato… La preocupación mayor es si estamos respondiendo a lo que necesita hoy la Vida Religiosa, si vamos a lo esencial, si estamos respondiendo a las necesidades de nuestro momento, si estamos animando para que la Vida Religiosa sea más mística y profética…

¿Qué sensación tiene de esta XVII Asamblea General que acaban de celebrar en Madrid?

La Asamblea ha supuesto un momento fuerte para vivir y expresar la comunión, para orar juntos, para buscar cómo ser hombres y mujeres de esperanza y dar razón de esa esperanza a nuestros hermanos, para celebrar la vida que nos habita. Creo que salimos con el corazón más lleno de gozo, más fraterno. En realidad, la Asamblea quiso ser una fuente de esperanza que contagie y pueda irradiar a toda la Vida Religiosa. Creo que en la Asamblea se respiró el aire fresco del Evangelio.

MIRADA CON LUPA

Ver lo que no funciona no requiere mucho arte. Ver futuro e irradiar esperanza, requiere personas con arte, con mística y visión. La Vida Religiosa es muy necesaria en la Iglesia de España; eso sí, con pocas estrategias y decidida a buscar y apoyar lo esencial del Seguimiento. Ése es su mejor anuncio y su mejor defensa.

lagonzalez@vidanueva.es

En el nº 2.730 de Vida Nueva.

INFORMACIÓN RELACIONADA

Compartir