En la tierra de Abrahán

(Jorge Juan Fernández Sangrador– Director de la BAC)

“El cristianismo viene siendo atacado en Iraq desde hace siglos. El reciente atentado contra la catedral siro-católica de Bagdad, con decenas de víctimas –incluidos dos sacerdotes–, es el último eslabón de una cadena”

El cristianismo viene siendo atacado en Iraq desde hace siglos. El reciente atentado contra la catedral siro-católica de Bagdad, con decenas de víctimas –incluidos dos sacerdotes–, es el último eslabón de una cadena. Sin remontarse a períodos históricos lejanos, de acoso zoroástrico e islámico, baste recordar aquí que, durante la Primera Guerra Mundial, los cristianos de Mesopotamia padecieron una persecución en toda regla por parte de los otomanos.

Según una tradición, aquellas tierras fueron evangelizadas por el apóstol Tomás; según otra, por Addai, uno de los setenta y dos enviados a misionar por Jesús, y Aggai y Mari, discípulos de Addai. Quienesquiera hayan sido los predicadores del Evangelio, lo cierto es que a mediados del siglo II ya había allí comunidades cristianas multiétnicas, aunque con preponderancia de población asiria.

Bajo la dinastía de los sasánidas, la Iglesia conoció períodos de persecución, pero también de esplendor litúrgico, teológico y misionero. Mas en el año 486 la mayor parte de los cristianos de Mesopotamia adoptaron la herejía de Nestorio, alejándose así de la Iglesia de Roma. A aquellos que volvieron a la comunión católica en 1552 se les dio el nombre de caldeos. Estos han sido desde entonces vínculo de unión entre las comunidades cristianas de Occidente y las culturas sumeria, acadia, amorrea y paleobabilónica, las cuales se hallan no sólo en el origen de la nuestra sino también de numerosos relatos y leyes del Antiguo Testamento.

jjfernandezs@vidanueva.es

En el nº 2.730 de Vida Nueva.

Compartir