“En el Gobierno han entendido el sentido exacto de las palabras del Papa”

El embajador Francisco Vázquez resta polémica a las declaraciones sobre el “secularismo agresivo”

Vázquez, tercero por la izquierda, durante la misa en la Plaza del Obradoiro el pasado sábado

(Antonio Pelayo– Roma) No sabe uno quién ha vuelto a Roma más satisfecho del viaje a España: su protagonista Benedicto XVI o uno de sus más tenaces artífices, el embajador cerca de la Santa Sede, Francisco Vázquez. “Yo fui el primero –nos asegura con satisfacción– que le dijo al Santo Padre que tenía que viajar a Compostela, y lo hice al presentar mis cartas credenciales, en mayo de 2006”.

“El Papa ha vuelto de España emocionado, muy agradecido por todo el afecto y la simpatía que los españoles le han demostrado, por la colaboración del Gobierno y de la Casa Real. Le ha impresionado mucho la historia milenaria de la Catedral de Santiago, sobre la que pedía información, y se ha quedado boquiabierto (la expresión no es mía, sino de un miembro muy cercano del séquito) ante la Sagrada Familia. Le ha parecido una obra única y excepcional testimonio de lo que puede producir la unión de la fe y el arte”.

“Yo creo –añade– que en el Gobierno han entendido el exacto sentido de las frases que el Papa pronunció en el avión y que han sido sacadas de su contexto por algunas informaciones periodísticas hechas con precipitación. Hay que leer el texto completo y se entenderá que no hay en esas palabras ninguna intención polémica ni de ataque”.

El Pontífice recuerda su viaje

Por otro lado, según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Benedicto XVI recordó en la catequesis de la audiencia general de este miércoles, su reciente viaje a Santiago de Compostela y Barcelona. “Fui allí –dijo, reafirmando las palabras que pronunció en la Catedral compostelana– para confirmar en la fe a mis hermanos y lo hice como testigo de Cristo resucitado, como sembrador de la esperanza que no defrauda y no engaña”.

El Papa afirmó que ya desde la ceremonia de bienvenida en Santiago de Compostela tuvo “la oportunidad de experimentar el amor que las gentes de España nutren hacia el Sucesor de Pedro. (…) En este Año Santo Compostelano, he querido hacerme peregrino junto con cuantos, muy numerosos, visitan ese célebre santuario”.

Benedicto XVI habló después de la segunda etapa de su viaje, Barcelona, donde consagró la iglesia de la Sagrada Familia, obra de Antoni Gaudí, declarándola basílica menor. “Esa obra espléndida  (…) nos remite al verdadero santuario, al lugar de culto real, el Cielo, donde Cristo entró para comparecer ante Dios en favor nuestro. El genial arquitecto, en este templo magnífico, ha representado admirablemente el misterio de la Iglesia”, añadió el Papa.

“Han sido días inolvidables”

“En Barcelona –continuó– visité la Obra Nen Déu, (…) donde son tratados con profesionalidad y amor, niños y jóvenes con discapacidades. Sus vidas son preciosas a los ojos de Dios y nos invitan constantemente a salir de nuestro egoísmo”.

El Papa finalizó dando gracias a Dios por “las intensas jornadas transcurridas en Santiago de Compostela y Barcelona (…). Han sido días inolvidables, que quedarán grabados en mi corazón”.

Más información en el nº 2.729 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, vea la crónica completa aquí.

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Especial Visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona

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