Perturbación

(José Mª Arnaiz– Ex Secretario General de la Unión de Superiores Generales)

“Existen las grandes perturbaciones y las que lo remueven todo desde lo más profundo. Hay personas que nada les perturba y quienes viven constantemente en vilo. Lo que sí está claro es que no conviene solucionarlas eliminando a los que nos perturban”

Es lo que advierto con demasiada frecuencia en las personas y las instituciones. Es la palabra que espontáneamente me vino el pasado día 30 de septiembre con el intento de ‘golpe de Estado’ en Ecuador. En la Eucaristía pedimos “ser protegidos de toda perturbación”. Perturbación es algo que nos impacta porque altera el orden o el desarrollo, quita la paz y rompe la tranquilidad. Nos perturba lo real, lo cercano; lo que tiene nombre y ocupa espacio; no la realidad en general. Bien podemos decir, con todo, que la perturbación es una situación compleja. Compleja es la distinción objeto y sujeto en esta acción.

Los profetas perturban, como vemos en el caso de Elías (1 Re, 18, 16-18), acusado de ser el que “perturbaba” a Israel; Simeón anuncia a María que Jesús será un perturbador, una bandera discutida (Lc 2, 34-35); perturbar intentan Santiago y Juan cuando quieren hacer bajar fuego del cielo y consumir a los que no querían recibir en Samaría a Jesús. Él no acepta esa perturbación (Lc 9, 54-56). Después del gran fracaso de Pablo en Atenas, en Corinto se presenta y procede como un gran perturbador y muestra la locura de la cruz como la sabiduría que necesita este mundo (1 Cor 1, 18-30).

Frente a esta palabra, que es la más apropiada para algunas de nuestras vivencias personales o sociales, hay que reconocer que las perturbaciones son realidades delicadas y complejas. Existen las grandes perturbaciones y las que lo remueven todo desde lo más profundo. Hay personas que nada les perturba y quienes viven constantemente en vilo. Lo que sí está claro es que no conviene solucionarlas eliminando a los que nos perturban. Ése fue el gran error de las autoridades del pueblo de Israel en tiempo de Jesucristo. Dios actúa de una manera diferente. También en esto hay que seguir sus pasos, ya que los perturbadores pueden ser buenos o malos.

jmarnaiz@vidanueva.es

En el nº 2.724 de Vida Nueva.

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