El cardenal Quezada (izda.) con su sucesor, Julio Vian
(J. L. C.) La Nunciatura en Guatemala anunció el día 2 el nombramiento de Óscar Julio Vian Morales, arzobispo de Los Altos, Quetzaltenango-Totonicapán, como nuevo arzobispo metropolitano de Guatemala. El prelado salesiano sucede en la sede capitalina al cardenal Rodolfo Quezada Toruño, a quien el Papa le ha aceptado su renuncia por límite de edad tres años después de que cumpliera los 75 y tras casi una década al frente del gobierno pastoral de esta archidiócesis.
A punto de cumplir 63 años, Vian ha reconocido que recibe con “agrado” este compromiso, que supone el “máximo nombramiento” en la Iglesia del país centroamericano. Así, en declaraciones al bisemanario provincial El Quetzalteco una vez conocida la noticia, ha prometido proseguir “con fe y trabajo” la labor encomendada, sabedor de que su nuevo destino le brinda “una oportunidad grande para hacer tomar conciencia de muchas injusticias que se viven en Guatemala”. Exigencia a la que tratará de responder fiel a “los principios religiosos y defendiendo la dignidad de la persona, ya que estamos viviendo momentos de violencia en el país”.
Formado inicialmente en el Colegio Don Bosco y en el Seminario Salesiano de El Salvador, el todavía arzobispo de Los Altos estudió luego Filosofía, Teología y Pedagogía en el Instituto Teológico y Filosófico Salesiano y en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Ordenado sacerdote en 1976, Vian impartió clase en varios centros educativos de su congregación por toda Centroamérica, hasta que en 1996 fue nombrado obispo del Vicariato Apostólico de Petén. Ya en abril de 2007, Benedicto XVI le promovería al Arzobispado de Los Altos, Quetzaltenango-Totonicapán.
Actualmente, el próximo arzobispo metropolitano de Guatemala ocupa el cargo de tesorero en el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del país y, durante el período 2010-2011, es el responsable de la Comisión de Liturgia.
Seguir adelante “en el camino de Dios, con fe y devoción para alcanzar la paz en Guatemala”. Éste es el mensaje que Vian deja en Los Altos y el que se quiere llevar a la capital.
En el nº 2.724 de Vida Nueva.
