La Santa Sede reafirma su confianza en Gotti Tedeschi

La Fiscalía de Roma ha abierto una investigación al director del ‘banco vaticano’

El Papa recibió al banquero Tedeschi el domingo 26 de septiembre

(Antonio Pelayo– Roma) Aunque en los tiempos que corremos las noticias se devoran unas a otras a velocidad vertiginosa, un acontecimiento como la visita de Estado de Benedicto XVI al Reino Unido no puede desaparecer de un día para otro y quedar relegado al baúl de los recuerdos. El mismo Joseph Ratzinger, tan parco siempre para enfatizar sus propias acciones, lo ha calificado como “un acontecimiento histórico que ha marcado una nueva e importante fase en la larga y compleja historia de las relaciones entre esas poblaciones y la Santa Sede”. Retomando el lema de la visita, El corazón habla al corazón (palabras del neo-beato cardenal John Henry Newman), el Pontífice añadió: “En las cuatro intensas y bellísimas jornadas transcurridas en esa noble tierra he tenido la gran alegría de hablar al corazón de los habitantes del Reino Unido y ellos han hablado al mío, especialmente con su presencia y con el testimonio de su fe. He podido, de hecho, constatar cómo la herencia cristiana sigue siendo fuerte y activa en todos los estratos de la vida social”. El Papa no lo ha dicho en público, pero entre sus colaboradores la cifra de medio millón de personas que se movilizaron para saludar al Santo Padre se considera un éxito que nadie se hubiera atrevido a pronosticar previamente.

“He intentado –dijo también Ratzinger en su discurso de la audiencia de los miércoles– hablar al corazón de todos los habitantes del Reino Unido, sin excluir a ninguno de ellos, de la auténtica realidad del hombre, de sus necesidades más profundas, de su último destino. Al dirigirme a los ciudadanos de ese país, encrucijada de la cultura y de la economía mundiales, he tenido presente a todo Occidente, dialogando con las razones de esta civilización y comunicando la imperecedera novedad del Evangelio de la que está impregnada”.

Lord Christopher Patten (responsable gubernamental para la organización del viaje) ha podido, por eso, decir que “es opinión unánime que la visita del papa Benedicto XVI a Gran Bretaña ha sido un gran éxito. (…) Ha sido una visita que será recordada. Algunos de sus mensajes y de sus lecciones resonarán durante años”. Por su parte, el nuncio apostólico en Gran Bretaña, el arzobispo español Faustino Sainz Muñoz, que compartió con el Papa todas sus jornadas, aseguró en unas declaraciones a la Cope: “El Papa no ha decepcionado en absoluto, y se han cumplido todos los objetivos previstos. Es verdad que ha habido alguna manifestación contra él, porque estamos en el país de la libertad de expresión. Pero esas manifestaciones no han sido nada comparadas con los centenares de miles de personas que han participado en las ceremonias religiosas por él presididas”.

Sospechas sobre el IOR

Siempre que el IOR (Instituto para las Obras de Religión) aparece en los medios de comunicación, va acompañado de recuerdos tan poco edificantes como el asesinato del banquero del Ambrosiano, Roberto Calvi, o de su colega Michele Sindona, ejecutado con un taza de café envenenada; o comentarios poco caritativos sobre monseñor Paul C. Marcinkus, presentado como un aprendiz de brujo en el proceloso mundo de las finanzas. Ha vuelto a suceder, cuando, el 21 de septiembre, se hizo público que la Fiscalía de Roma había secuestrado 23 millones de euros del citado instituto vaticano depositados en una entidad bancaria italiana, el Credito Artigiano, bajo la sospecha de no cumplir las vigentes normas sobre el lavado de dinero. La Fiscalía ha abierto, en consecuencia, una investigación sobre el comportamiento del presidente del IOR, Ettore Gotti Tedeschi, y de su director general, Paolo Cipriano.

Esa misma mañana, la Secretaría de Estado manifestaba en un comunicado su “perplejidad y asombro por la iniciativa de la Fiscalía de Roma, teniendo en cuenta que los datos informativos necesarios están ya a disposición de la oficina competente del Banco de Italia y operaciones análogas están teniendo lugar con otros institutos italianos de crédito”. También se añadía que, “sobre las cifras citadas, se hace presente que se trata de transferencias de tesorería con institutos de crédito no italianos cuyo destinatario era el mismo IOR”. Poco después se supo que se trataba de 20 millones de euros destinados al J. P. Morgan de Frankfurt, para la compra de bonos del Estado alemán, y otros tres millones a la suiza Banca del Fucino.

Al día siguiente, el P. Lombardi enviaba al Financial Times una carta abierta en la que aclaraba algunos datos, el más importante de los cuales es que “el IOR no es un banco en el sentido común de la palabra, sino un instituto que administra los bienes de las instituciones católicas que actúan con finalidad de apostolado religioso y de caridad a nivel internacional, y está situado en el territorio de la Ciudad del Vaticano, es decir, fuera de la jurisdicción de vigilancia de las diversas bancas nacionales”.

Según el portavoz, “la naturaleza y la finalidad de las operaciones que son objeto de investigación podían ser aclaradas con extrema sencillez y rapidez. (…) El inconveniente se ha creado por un misunderstanding (que se está profundizando) entre el IOR y el banco que había recibido la orden de transferencia”. Naturalmente, se reitera la confianza en el presidente Gotti Tedeschi, que ha recibido el encargo del Papa y de la Secretaría de Estado de extremar “la garantía absoluta de transparencia y el respeto a las normas y procedimientos que permitan a la Santa Sede entrar en la white list”, la lista de países absolutamente fiables en el control del reciclado de dinero y de fondos sospechosos. Para visibilizar esa confianza, el banquero fue recibido por Benedicto XVI el domingo 26 en Castel Gandolfo, a quien entregó la última edición de un libro suyo sobre temas económicos.

El miércoles 29 de septiembre finalizaban las ‘vacaciones’ de Benedicto XVI en Castel Gandolfo. Ese día el Papa regresaba a Roma, donde reanudará su ritmo habitual de actividades, a la cabeza de las cuales figura ahora la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, que abrirá el domingo 10 de octubre.

————


UN ENCUENTRO MUY CORDIAL Y UNA CAMISETA

Las relaciones España-Santa Sede atraviesan un buen momento

El 27 de septiembre, la vicepresidenta primera del Gobierno español, Mª Teresa Fdez. de la Vega, fue recibida por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, en audiencia privada, a la que asistió el embajador Francisco Vázquez. El encuentro, muy cordial, sirvió para constatar que no hay en estos momentos “ningún contencioso en las relaciones Iglesia-Estado, que se rigen por las normas de respeto y colaboración habituales”. Se habló de los últimos preparativos del viaje de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona (6-7 de noviembre) y se anunció que la vicepresidenta acompañará a los Príncipes de Asturias al recibir al Papa en Santiago, mientras que el presidente, Rodríguez Zapatero, estará con los Reyes en Barcelona, lo que hace suponer que mantendrá también un encuentro privado con Su Santidad, con el que se entrevistó en Roma el pasado mes de junio. Como detalle del buen clima que reinó durante la entrevista, al final de la misma la vicepresidenta le entregó al cardenal, muy aficionado al fútbol, como se sabe, una camiseta de la Selección española, campeona del último Mundial de fútbol.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.723 de Vida Nueva.

————

INFORMACIÓN RELACIONADA

Compartir