Chile celebra en comunión su “vocación fraterna”

La Catedral de Santiago acogió el‘Te Deum’ ecuménico que inauguraba el Bicentenario

El cardenal Errázuriz y Sebastián Piñera

(J. L. Celada. Foto: José Manuel de la Maza) Un solemne Te Deum en la Catedral de Santiago, el 18 de septiembre, dio el pistoletazo de salida oficial a las celebraciones por el Bicentenario de Independencia de Chile. La ceremonia, presidida por el cardenal Francisco Javier Errázuriz, comenzó hacia las 10:30 de la mañana, cuando, en un templo engalanado para la ocasión y repleto de autoridades y fieles, hizo su entrada el presidente de la República, Sebastián Piñera. Entre los asistentes, destacaban el nuncio en el país, Giuseppe Pinto, el cardenal Jorge Medina y los obispos auxiliares de Santiago (Andrés Arteaga, Cristián Contreras Villarroel y Fernando Chomali), así como los presidentes de Bolivia (Evo Morales) y Paraguay (Fernando Lugo) y tres ex presidentes chilenos (Michelle Bachelet, Ricardo Lagos y Patricio Aylwin).

Tras los saludos protocolarios habituales, arrancó la Liturgia de Acción de Gracias, con la participación de representantes de las Iglesias ortodoxa, luterana, anglicana, metodista pentecostal y evangélica –entre otras confesiones–, como viene sucediendo desde 1971, cuando el entonces arzobispo de Santiago, el cardenal Raúl Silva, decidió conferir al acto un carácter ecuménico a instancias del presidente Salvador Allende.

A continuación, durante la homilía –y tras tener un recuerdo para los 33 compatriotas mineros atrapados bajo tierra desde el 5 de agosto y para los damnificados por el terremoto y el maremoto del pasado febrero– Errázuriz se refirió a los orígenes del país y a su independencia, al tiempo que valoró la aportación de los españoles, de los migrantes y de las diferentes etnias en la construcción de la identidad nacional. En este sentido, pidió a las autoridades y a los mapuches establecer “un diálogo generoso y visionario” para poner fin a la huelga de hambre de 34 miembros de este pueblo.

Más adelante, el cardenal instó a seguir haciendo esfuerzos por “superar las desigualdades realmente intolerables en el orden educacional, económico, laboral y cultural” y, tras reconocer la “vocación fraterna” y el “gran aprecio a la democracia” de los chilenos, agradeció al Señor “nuestra voluntad de ser un pueblo de hermanos, que no quiere descansar mientras cada uno no tenga, conforme a su dignidad, hogar, trabajo, respeto y alegría”.

Errázuriz aprovechó el Te Deum para entregar al presidente Piñera un ejemplar del Evangelio de Chile, el libro donde miles de compatriotas transcribieron a mano los cuatro evangelios, como regalo de la Iglesia chilena al Bicentenario patrio.

En el nº 2.723 de Vida Nueva.

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