Una intuición que se despliega

(José Ignacio López– Periodista del diario La Nación de Buenos Aires)

“Lo que quizás, a tientas, los obispos entrevieron en aquellas semanas junto al santuario mariano brasileño [de Aparecida], comienza a desplegarse con la oración, la reflexión y los trabajos de diversa índole que con constancia se estimulan y coordinan desde el CELAM”

A medida que se suceden los encuentros que procuran recoger con fidelidad el llamado de la Conferencia de Aparecida al cambio de estructuras y a la conversión eclesial, se va apreciando en la Iglesia continental la magnitud y el sentido de esa gran intuición pastoral que es la Misión Continental. Lo que quizás, a tientas, los obispos entrevieron en aquellas semanas junto al santuario mariano brasileño, comienza a desplegarse con la oración, la reflexión y los trabajos de diversa índole que con constancia se estimulan y coordinan desde el CELAM.

Bastan dos acontecimientos recientes: el Diálogo de Alto Nivel sobre Educación para la inclusión social y el encuentro de las Comisiones Episcopales de Comunicación del Cono Sur. El primero, promovido  por el Departamento de Pastoral Social con la participación de otras Iglesias cristianas y de las comunidades judía e islámica, derivó en un texto propositivo que termina de entregarse a los ministros de Educación de Iberoamérica con vistas a la cumbre presidencial que se realizará en diciembre en Mar del Plata.

Bien se dice allí que la cultura vigente, que a menudo desconoce muchos de los valores humanos y trascendentes, entre ellos la libertad, la responsabilidad ética y la solidaridad, no colabora, como se requeriría, en el respeto por la vida, la dignidad de la persona y la familia, dada la prioridad del Bien Común en la sociedad.

Como la razón de ser de la Iglesia es la comunicación del Reino, parece vital para afrontar esos múltiples desajustes culturales y sociales. Se trata de darle a la comunicación la centralidad que le corresponde en el ser y en el quehacer de la Iglesia, superando visiones meramente instrumentales. Porque la comunicación compromete a toda la Iglesia, y es el Pueblo de Dios el que ha de comunicar el perdón, la justicia, la esperanza y la paz con sus gestos y actitudes más que con sus discursos.

jilopez@vidanueva.es

En el nº 2.722 de Vida Nueva.

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