Viaje por el “Norte”

(Nicolás Castellanos Franco– Obispo emérito de Palencia)


“Regreso preocupado al Sur, a Bolivia. Parece que la Iglesia es extraña al mundo de hoy, que tiene poco que ver con el de ayer. Da la impresión de que se ha olvidado de que el Evangelio es más social que religioso, que el mensaje de Jesús es para el más acá, no sólo para el más allá”

En junio y julio viajé a Austria, Alemania, confirmé la fe en Munich, en la Misión Católica de Habla Española animada por Alberto Martínez y las HH. del S. Ángel; y he recorrido los caminos de España: sociedad del bienestar, en crisis, personas insatisfechas, próximas a la amargura. A pesar de la crisis, sobran medios para vivir y faltan razones para existir.

La sociedad del bienestar no termina de encontrar el norte, de vivir a gusto en la casa común, en la “aldea global”, en ese mundo integrado, interdependiente, intercultural, interreligioso, con una visión nueva, plural, del mundo, en un marco institucional democrático de las libertades y derechos.

Surgen muchos interrogantes: ¿existe espacio cristiano en esta sociedad actual marcada por la pluralidad social, política, moral, religiosa en el Norte y empobrecida en el Sur? ¿La Iglesia se contextualiza en la nueva cultura del diálogo democrático, de la tolerancia y del pluralismo?

Regreso preocupado al Sur, a Bolivia. Parece que la Iglesia es extraña al mundo de hoy, que tiene poco que ver con el de ayer.

Da la impresión de que se ha olvidado de que el Evangelio es más social que religioso, que el mensaje de Jesús es para el más acá, no sólo para el más allá. Sólo en el amor asimétrico reconocerán a sus discípulos.

Me conforto leyendo a Pablo: lo fundamental cristiano. El amor se traduce en verdadero cariño, en alegría, sinceridad, comparte con los hermanos necesitados, aborrece el mal, busca lo bueno, vive en alegría y con esperanza, fervoroso en el Espíritu, ora sin cesar y, en la prueba, paciencia (Rom 12, 9-13).

Y Jesús, abrazando a los niños, nos señala la postura existencial cristiana, cargada de ternura, amor, cariño, entrañamiento y solidaridad con el débil.

En el nº 2.721 de Vida Nueva.

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