Fausto Trávez, nuevo arzobispo de Quito

El franciscano sucede en la archidiócesis ecuatoriana a Raúl Vela

(J. L. Celada) El día 11, Benedicto XVI nombró nuevo arzobispo de Quito al franciscano Fausto Gabriel Trávez Trávez, de 69 años, hasta ahora obispo de Babahoyo, informa la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Trávez sucede en el gobierno pastoral de esa archidiócesis a Raúl Vela Chiriboga, cuya renuncia por límite de edad le ha sido aceptada por el Papa.

Natural de Toacazo (en la provincia de Cotopaxi, próxima a la capital), el prelado cursó sus estudios primarios y secundarios, así como la filosofía y la teología, con los franciscanos en Quito; formación que completaría en la Universidad ‘San Buenaventura’ de Bogotá, en la vecina Colombia.

Miembro de la Provincia de San Francisco de Quito de la Orden de los Frailes Menores (OFM), ingresó en el noviciado de esta familia religiosa en 1960 y, tras emitir en la misma la profesión solemne cinco años más tarde, sería ordenado sacerdote el 12 de diciembre de 1970. Desde entonces, y hasta su nombramiento en 2003 como obispo del Vicariato Apostólico de Zamora, Trávez ha desempeñado toda suerte de responsabilidades en el seno de su orden en Quito, Riobamba o Ambato: párroco, guardián del convento, maestro de los profesos temporales y ministro provincial (1994-2000). A él se debe, asimismo, la fundación en la capital del país del Movimiento Juvenil Franciscano (MOJUFRA), del que sería su asistente espiritual; o de sendas comunidades de Hermanas Misioneras Franciscanas de la Juventud (1982) y Hermanos Misioneros Franciscanos de la Juventud (2001). Entre otros cargos que ocupó en el pasado, figuran también el de presidente de la Unión de Conferencias Latinoamericanas Franciscanas (UCLAF) y de la Conferencia Franciscana Bolivariana.

‘Mi Dios y mi Todo’

Trávez, cuyo lema episcopal es Deus Meus et Omnia (“Mi Dios y mi Todo”), expresión empleada por san Francisco de Asís en sus momentos más íntimos de oración, llega a Quito tras un breve paso por Babahoyo, diócesis de la que tomó posesión el 24 de mayo de 2008. Allí, ese día y en fidelidad al citado lema, el nuevo ocupante de la sede prometió entregarse “totalmente a Dios y ponerlo como único fundamento de toda la misión que se me encomienda como pastor”.

Zamora, Babahoyo y Quito. Tres destinos en los que ha ejercido (o va a ejercer) su ministerio y en los que ha compartido su tiempo y lo va a seguir haciendo con otras encomiendas: miembro de la Comisión Episcopal de Magisterio de la Iglesia y presidente de la Comisión Episcopal para las Misiones (2005-2008), miembro de la delegación del Episcopado Ecuatoriano que participó en Brasil en la V Conferencia de Aparecida (2007) y miembro de la Comisión Episcopal de Laicos (2008-2011).

En el nº 2.721 de Vida Nueva.

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