Benedicto XVI en el Reino Unido: “La Iglesia no fue vigilante ni rápida en los casos de abusos”

Antes de su primer discurso a los británicos, el Papa vuelve a lamentar la pederastia clerical

(Vida Nueva) Benedicto XVI ha iniciado esta mañana su viaje al Reino Unido. Pasadas las 10:15 h. (hora local, 11:15 h. en España), su avión aterrizó en Edimburgo, donde ha sido recibido por el Duque de Edimburgo, así como por varios líderes religiosos. En el avión se ha producido el habitual espacio para las declaraciones del Papa, que en esta ocasión ha dedicado a la pederastia clerical, “una perversión” del sacerdocio, según sus propias palabras.

“Estas revelaciones supusieron una conmoción para mí, una gran tristeza. Es difícil entender cómo fue posible esta perversión del ministerio sacerdotal”, ha asegurado Benedicto XVI, lamentando el papel de la Iglesia en este asunto: “Es también una gran tristeza que la autoridad de la Iglesia no fuera lo suficientemente vigilante ni lo suficientemente rápida y decidida a la hora de tomar las medidas necesarias. Por todo esto, estamos en un momento de penitencia, de humildad, de renovada sinceridad.

Visita de Estado histórica

El Papa bajó del avión y, como anécdota, cabe citar que no ha besado el suelo, como sí lo hizo Juan Pablo II cuando viajó a Gran Bretaña en 1982. Dicha visita ha sido evocada por la reina Isabel II en la ceremonia de bienvenida en el Palacio de Holyroodhouse, la residencia oficial de la Casa Real en Escocia.

Después de un encuentro privado que ha mantenido con el Pontífice durante unos 40 minutos, la reina ha pronunciado un discurso a modo de saludo relatando algunos de los muchos cambios que se han producido en el Reino Unido en los últimos 30 años.

Benedicto XVI, por su parte, ha agradecido la “gentil invitación” de la reina Isabel II. Una de las circunstancias que hace histórico este viaje es el hecho de que se trata de la primera visita de Estado de un papa al Reino Unido.

“El nombre de Holyroodhouse recuerda la ‘Santa Cruz’ y evoca las profundas raíces cristianas que aún están presentes en todos los ámbitos de la vida británica”, ha comenzado el Pontífice. En la primera parte de su discurso, ha evocado a reyes, santos y otras figuras relevantes de la historia británica que “desde tiempos muy antiguos” han ejercido tareas de gobierno y en distintos ámbitos, de tal modo que el mensaje cristiano “ha sido una parte integral de la lengua, el pensamiento y la cultura de los pueblos de estas islas durante más de mil años. El respeto de sus antepasados por la verdad y la justicia, la misericordia y la caridad, os llegan desde una fe que sigue siendo una fuerza poderosa para el bien de vuestro reino y el mayor beneficio de cristianos y no cristianos por igual”, ha señalado.

En este punto citó también, como no podía ser de otro modo, al cardenal John Henry Newman, que será beatificado el domingo en Birmingham, en una eucaristía presidida por el propio Pontífice. Él “fue uno de los muchos cristianos británicos de su tiempo, cuya bondad, elocuencia y quehacer honraron a sus compatriotas”.

Reivindicación de Dios en la vida pública

Al seguir repasando los hitos históricos, el Papa recordó cómo Gran Bretaña y sus dirigentes “se enfrentaron a la tiranía nazi que deseaba erradicar a Dios de la sociedad y negaba nuestra común humanidad a muchos, especialmente a los judíos” y también hacia los pastores cristianos o los religiosos. “Al reflexionar sobre las enseñanzas aleccionadoras del extremismo ateo del siglo XX, jamás olvidemos cómo la exclusión de Dios, la religión y la virtud de la vida pública conduce finalmente a una visión sesgada del hombre y de la sociedad y por lo tanto a una visión ‘restringida de la persona y su destino’ (Caritas in veritate, 29)”, añadió.

Ha tenido palabras para el conflicto en Irlanda del Norte, aplaudiendo el empeño de todas las partes interesadas para llegar a una solución pacífica. “Animo a todos a seguir recorriendo juntos con valentía el camino trazado hacia una paz justa y duradera”.

El Papa ha subrayado el papel clave que el Reino Unido juega a nivel internacional y la influencia que éste ejerce “mucho más allá de las Islas británicas”. Lo cual, continuó el Pontífice, obliga a actuar “con sabiduría en aras del bien común”. Y no sólo en lo político, sino en el ámbito de los medios de comunicación, que “tienen una responsabilidad más grave que la mayoría y una mayor oportunidad para promover la paz de las naciones, el desarrollo integral de los pueblos y la difusión de los auténticos derechos humanos”.

Para finalizar, y aludiendo al esfuerzo del país por ser una sociedad “moderna y multicultural”, el Santo Padre ha animado a mantener “siempre su respeto por esos valores tradicionales y expresiones culturales que formas más agresivas de secularismo ya no aprecian o siquiera toleran. Que esto no debilite la raíz cristiana que sustenta sus libertades; y que este patrimonio, que siempre ha buscado el bien de la nación, sirva constantemente de ejemplo a vuestro Gobierno y a vuestro pueblo de cara a los dos mil millones de miembros de la Commonwealth y a la gran familia de naciones de habla inglesa de todo el mundo”.

Primer gran acto multitudinario

Después de este primer discurso de Benedicto XVI en tierras británicas tuvo lugar una pequeña recepción. Desde allí, el Santo Padre y su comitiva se dirigían a la residencia del cardenal escocés Keith O’Brien, arzobispo de Edimburgo, que les ofrecía el almuerzo.

Por la tarde tendrá lugar el primer gran acto multitudinario de este viaje y primera toma de contacto con el pueblo: la Misa en el Bellahouston Park de Glasgow, donde ya estuvo también Juan Pablo II en 1982.

A las 20:00 h. (21:00 h. en España) Benedicto VI partirá hacia Londres.

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