Editorial

Un curso pastoral lleno de retos

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Publicado en el nº 2.719 de Vida Nueva (del 4 al 10 de septiembre de 2010).

Se abre un nuevo curso para la Iglesia en España. En septiembre se renuevan agendas y abren nuevos horizontes y posibilidades. Las visitas de Benedicto XVI en otoño a Santiago de Compostela y Barcelona, y en agosto de 2011 a Madrid para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, ocuparán la mayoría de los esfuerzos pastorales de las Iglesias locales. Por otro lado, también tendrán lugar el próximo año las elecciones a la presidencia de la Conferencia Episcopal Española y seguirán perfilándose algunos aspectos en la legislación nacional sobre los que la Iglesia tendrá que volver a definirse, como es el caso de lo que suceda, al fin, con la reforma de la Ley del Aborto, la Ley de Libertad Religiosa y una pretendida ley sobre la eutanasia, incluida en el programa del PSOE y que desde Ferraz quieren que se ponga en marcha. A nivel interno de la Iglesia, durante este año seguirá el calendario de provisión de diócesis vacantes, en las que ya tendrá un mayor protagonismo el nuevo nuncio. En otro ámbito, no podemos olvidar cómo, pese a que la crisis económica aún dura y promete recrudecerse más, los obispos no han sacado adelante el documento anunciado sobre la crisis económica y que, de seguir su curso, sería aprobado en el mes de noviembre en la Plenaria. De no ser así, el documento saldría con la crisis avanzada. Temas de tono menor, pero no menos importantes, son la COPE, un problema eclesial que está siendo afrontado sólo desde el flanco económico, y otros aspectos relacionados con la economía del episcopado.

Temas abundantes para los que hará falta seguir manteniendo la esperanza y el aliento que hoy necesitan los cristianos en una sociedad inmersa cada día con más virulencia en el laicismo. Propuestas serias en las que no falten la mano tendida en lo que se refiere a las relaciones con el Gobierno, que no quiere abrir nuevos frentes que lo debiliten. Tampoco hay que perder de vista los discursos de Benedicto XVI en Santiago de Compostela y Barcelona, en donde, según se ha sabido, el Pontífice abordará temas relacionados con la importancia de Europa y la misión de la Iglesia en el mundo de la cultura, dos aspectos éstos que el episcopado español no ha abordado de forma reglada y propositiva aún. Junto a esa esperanza y aliento, se necesita que las diócesis aún vacantes encuentren obispos que respondan más a las necesidades de hoy que a estrategias calculadas en los ámbitos del poder y que la elección del nuevo presidente del episcopado prime una visión de futuro. La Iglesia en España comienza una nueva etapa y sus líderes han de ser obispos que puedan llevar a cabo esta labor de cara a la próxima década.

En la Iglesia universal serán el Sínodo del próximo mes de octubre y la política de “tolerancia cero” del Papa en relación a los casos de abusos a menores por parte del clero lo que ocupe muchas actuaciones, incluida la continuación de la renovación de la Curia vaticana que se está cociendo para que ayude a la reforma en el interior de la propia Iglesia, auspiciada por un Papa que, pese a su edad, está dando muestras de buscar los mejores caminos para la renovación.

Pero no cabe duda de que, en nuestro país, todos los esfuerzos se centrarán en la Jornada Mundial de la Juventud. Más allá de lo organizativo, que se viene preparando con esfuerzo y diligencia, esta cita necesita de un paso más importante: el de la catequesis previa y la búsqueda del significado que el Papa da a estos encuentros para no perder la oportunidad de hacer de este evento juvenil una ocasión significativa para el estudio de la Pastoral Juvenil en nuestras Iglesias locales.

Publicado en el nº 2.719 de Vida Nueva (del 4 al 10 de septiembre de 2010).