Robert Prevost: “La Vida Religiosa es una mirada comprensiva del mundo”

Superior General de la orden de San Agustín

(Luis Alberto Gonzalo-Díez, cmf) Robert Prevost, superior general de los agustinos, es un norteamericano de 55 años experto en Derecho Canónico y con experiencia de misión en Perú. Comenzó su andadura como general tres días después del atentado de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001. Asumió entonces un ministerio decidido de comunión y de paz.

¿Hay razones para la esperanza al contemplar el hoy de la Vida Religiosa?

¡Muchas! Hay signos de nueva vitalidad y se sigue ofreciendo un testimonio valioso en medio de una sociedad donde los antivalores predominan. Nosotros, desde la vida y pensamiento de Agustín, tenemos una espiritualidad que es rica en sus énfasis sobre la comunidad y la comunión.  La experiencia de la presencia de Dios nace en la humanidad y en el compartir de la fe, como la comunidad primitiva cristiana que encontramos en los Hechos de los Apóstoles. También hay necesidad de la voz de la Vida Consagrada en la misma Iglesia.

¿Está la Vida Consagrada ofreciendo un diálogo que la sociedad entiende?

Hemos perdido la capacidad de comunicar el mensaje eficazmente con un lenguaje y medios que hagan llegar a la sociedad el Evangelio. Hay que responder a las inquietudes de hoy sin olvidar las raíces evangélicas de nuestra opción.

¿Es imposible para un joven del Primer Mundo optar por la Vida Religiosa?

¿Imposible? ¡Jamás! Pero tenemos que ser realistas. Y más creativos y entusiastas a la hora de invitarles a considerar nuestro estilo de vida. Además, hacen falta nuevos proyectos de Pastoral Juvenil, de voluntariado y otras experiencias de comunidades de oración y servicio para que puedan conocernos mejor.

Desde su privilegiada visión del contexto mundial, ¿qué logros y retos señalaría de la Vida Consagrada europea?

Retos: sociedad secularizada; falta de vocaciones; poco sentido de esperanza y futuro. En cuanto a los logros: su gran historia, de la cual debemos aprender mucho; el compromiso misionero; y la contribución intelectual a la teología y en otros campos.

¿Y de la Vida Consagrada en América del Norte?

Hay falta de vocaciones, pero creo que existen ya ciertos signos de superación de los peores momentos de la crisis. También se han de superar los efectos del individualismo. En cuanto a los logros, destacaría la importancia de la liturgia en la vida comunitaria, así como la renovación en la comunidad, con la promoción del diálogo y la igualdad.

¿Y en Latinoamérica?

Los retos serían vivir una Vida Religiosa inculturada, con un estilo de vida sencillo y cercano al pueblo. Los logros: su renovación para ofrecer un testimonio auténticamente profético al lado de los pobres.

¿Y cómo ve a la Vida Consagrada en África?

Sus retos son la selección de candidatos, la formación y la superación de diferencias que existen por tribalismo. En cuanto a los logros, el testimonio de la comunidad, cuyos miembros provienen de distintos lugares, tribus, etc; su fuerte convicción de la importancia de la fe y de la práctica religiosa; y el número de vocaciones.

Por último, ¿ y en Asia?

Sus retos pasan por la evangelización; comprender la misión de la Iglesia en un mundo donde es minoría; y promover el diálogo, el respeto y la apertura. La creación de una presencia eficaz y significativa, con un mensaje que promueve los derechos, la justicia y la igualdad de cada persona, serían sus logros.

¿Estamos los consagrados convencidos de que es tiempo de “misión compartida”?

Aún falta mucho en este tema, y más todavía para los proyectos intercongregacionales. Me parece que la lucha por conservar y fortalecer la “identidad” crea una mentalidad que no favorece la creación y promoción de proyectos de misión compartida.

MIRADA CON LUPA

La Vida Consagrada es multicultural y plural. Abierta y dispuesta. Ágil y clara. La renovación nos pide estar muy atentos a los signos que dentro y fuera nos hablan de una nueva consagración. Un mundo global nos permite conocer y compartir todo, los acentos de cada latitud están haciendo posible la vida… también en contextos de sequía, como Europa.

lgonzalez@vidanueva.es

En el nº 2.719 de Vida Nueva.

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