El Episcopado peruano reivindica su labor en la selva

Así lo pone de manifiesto en un mensaje publicado en medio de la polémica por el intento de expulsión de un misionero

(Óscar Bermeo– Lima) Desde que se conoció, a principios de julio, una resolución del Ministerio del Interior peruano cancelando el permiso de residencia a Paul McAuley, hermano de La Salle y presidente de la Red Ambiental de Loreto (VN, nº 2.716), se han venido haciendo públicas diversas muestras de solidaridad con el religioso británico. Así, los pueblos awajún, achuar, ashaninkas, shipibos, candoshi y machiguengas, entre otros, remitieron un memorial al presidente del país, Alan García, a sus ministros y a la Embajada Británica, destacando su labor en la promoción de los derechos humanos y la defensa del medio ambiente.

En este contexto de denuncia, días atrás, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), por boca de su presidente y arzobispo de Trujillo, Miguel Cabrejos, difundió un mensaje sobre el Rol de la Iglesia católica en la Amazonía peruana en el que destaca su compromiso prioritario con los marginados por la sociedad y reitera las palabras de los obispos latinoamericanos en Aparecida, cuando señalan que “la tarea esencial de la evangelización incluye la opción preferencial por los pobres, la promoción humana integral y la auténtica liberación cristiana”.

Más adelante, el texto episcopal agradece el aporte, principalmente en la defensa de la vida y el medio ambiente, de los misioneros (sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos) en la Amazonía durante más de cinco siglos.

En ese sentido, los obispos de esos vicariatos, junto a profesionales de las jurisdicciones eclesiásticas y del Centro Amazónico de Antropología y Acción Práctica (CAAP), mantienen una participación activa en la búsqueda de soluciones pacíficas de los conflictos socio-ambientales. Todas sus acciones están encaminadas a “que en las intervenciones sobre recursos naturales no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida”.

Nuevos casos de acoso

El 16 de julio, un nutrido grupo de personas, conformado por pobladores, autoridades e instituciones de Chulucanas (Piura), marchó pacíficamente por las calles de esta localidad norteña en señal de apoyo al P. Daniel Turley, agustino norteamericano y obispo de la Diócesis de Chulucanas, recientemente sindicado por parlamentarios oficialistas como “un agitador contra el Estado” debido a su preocupación por el medio ambiente.

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