Velasio de Paolis, delegado pontificio de los Legionarios

Benedicto XVI encomienda al arzobispo la ‘purificación’ de la Congregación

El arzobispo Velasio de Paolis

(Antonio Pelayo– Roma) Desde el 7 de julio, Joseph Ratzinger “descansa” en la residencia pontificia de Castelgandolfo, donde permanecerá hasta finales de septiembre. Este largo período de “vacaciones” será interrumpido en dos ocasiones: el 5 de septiembre, para visitar Carpinetto Romano, ciudad natal del papa León XIII, de cuyo nacimiento se han cumplido este año dos siglos; y del 16 al 19 de septiembre, fechas de su importante viaje al Reino Unido por invitación del Gobierno de Su Majestad la reina Isabel II y de las Conferencias Episcopales de Inglaterra-Gales y de Escocia.

Entrecomillo “descansa” y “vacaciones” porque son términos que hay que aplicar de forma aproximada: desciende notablemente la actividad pública del Pontífice (audiencias públicas y privadas, despacho habitual con sus colaboradores de la Curia), pero el Papa sigue trabajando en la redacción de sus libros (un tercer volumen de su obra Jesús de Nazaret centrado en los años de la  infancia, de la que tan poco se sabe) y de los discursos que pronuncie durante su visita a Gran Bretaña. También ha trascendido la noticia, no confirmada, de que estaría preparando una nueva encíclica, la cuarta de su pontificado, cuyo núcleo sería la virtud teologal de la fe, después de las dedicadas a la caridad (Deus caritas est) y a la esperanza (Spe salvi).

A su llegada a la pequeña localidad del Lacio, Benedicto XVI dirigió unas breves palabras a los vecinos que le esperaban: “Esta tarde comienzan mis vacaciones y estoy feliz de estar con vosotros rodeado de la belleza de la creación y de la historia y de vuestra simpatía y amistad”. Ya ha llegado a Castelgandolfo su hermano Georg, que pasará con él algunas semanas, y hay también un piano de cola para que pueda dedicar algunas horas a su repertorio preferido: Johann Sebastian Bach y Wolfgang Amadeus Mozart. Le acompañan igualmente sus dos secretarios particulares, el alemán Georg Gänswein y el maltés Alfred Xuereb, así como el personal que le atiende habitualmente, que se rotarán en su trabajo para poder disfrutar de algunos días de vacaciones.

El primer Angelus estival de este año tuvo lugar la mañana del domingo 11 de julio bajo unas temperaturas sofocantes, lo cual no impidió que el grupo de fieles que esperaban ver y saludar al Papa fuese bastante numeroso (entre ellos se encontraban los miembros de la Cofradía de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca, Murcia, que, como se sabe, celebran en este 2010 su Año Santo). “Desde hace unos días, como veis, he dejado Roma para la temporada veraniega en Castelgandolfo. Doy gracias a Dios –dijo el Pontífice–, que me ofrece esta posibilidad de reposo. A los queridos habitantes de esta bella ciudad, donde siempre vengo con gusto, les dirijo mi saludo”.

Coincidió que era la fiesta de san Benito de Nursia (480-547), proclamado por Pablo VI en 1964 patrón de Europa, “reconociendo su maravillosa obra en la formación de la civilización europea”. Joseph Ratzinger recordó al santo monje, al que llamó “gran patrón de mi Pontificado” y calificó como “padre y legislador del monaquismo occidental”. Dirigiéndose en su lengua a los peregrinos polacos, añadió: “Su lema, ora et labora, es una respuesta adecuada a la pregunta que hemos oído en el Evangelio de hoy: ‘Maestro, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?’. Nuestro trabajo y nuestra oración nos conduzcan a un gozoso encuentro con Dios, que será nuestra recompensa en la eternidad”.

Reino Unido, confirmado

Vincent Nichols (dcha.), presidente del Episcopado inglés

Mientras, el viaje al Reino Unido fue oficialmente anunciado con un comunicado del director de la Sala de Prensa de la Santa Sede el 5 de julio, poniendo así fin a algunos rumores que se habían difundido sobre su posible cancelación, dada la política de restricción de gastos decidida por el Gobierno inglés. De los doce millones de libras esterlinas que se calcula –según declaró el coordinador general del viaje, Lord Chris Patten– que va a costar la organización del viaje, la mayor parte va a ser financiada por el Ejecutivo del premier David Cameron, pero los obispos han decidido asumir ellos también sus responsabilidades económicas y ya llevan recaudados más de cinco millones de pounds. De todo esto y del clima que rodea a la visita apostólica  informaron al Papa durante su reciente visita a Roma los presidentes de las Conferencias Episcopales de Inglaterra-Gales, monseñor Vincent Gerard Nichols, arzobispo de Westminster, y de Escocia, el cardenal Keith O’Brien, arzobispo de Edimburgo.

Las polémicas que surgieron poco después de que la noticia fuese dada a conocer parecen haber remitido, y, aunque no se excluye que puedan renovarse en las inmediaciones de la llegada de Benedicto XVI, la atmósfera general parece positiva. La figura del cardenal John Henry Newman –que será beatificado el día 19 en Birmingham– es una gloria nacional, y la Iglesia Anglicana, por su parte, ha manifestado ya su interés por recibir al Santo Padre con todos los honores que se merece y con el afecto fraternal que ha caracterizado las relaciones entre ambas Iglesias en las últimas décadas.

Estando ya el Papa en Castelgandolfo, el 9 de julio se hizo público el nombramiento del delegado pontificio para la Congregación de los Legionarios de Cristo. Como ya habían anticipado todos los medios, se trata de monseñor Velasio de Paolis, C.S. (perteneciente a la Congregación de Misioneros de San Carlos, más conocidos como misioneros scalabrinianos), arzobispo titular de Telepte y presidente de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede. Este prelado, que cumplirá 75 años el 19 de septiembre próximo, es un gran especialista en Derecho Canónico –materia de la que fue profesor en la Universidad Gregoriana de Roma– y por ello fue nombrado por Juan Pablo II miembro del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y consultor de diversas Congregaciones y Pontificios Consejos de la Curia Romana. Es un “técnico” en el mejor sentido de la palabra y dotado de buen temple, dicen los que le han tratado.

El padre Federico Lombardi, comentando el nombramiento, aseguró que el delegado pontificio “se encontrará personalmente lo antes posible con los actuales superiores de la Congregación de los Legionarios. Será él, en su nueva función, quien comunique en primer lugar a los legionarios y quien establezca los modos, tiempos y formas de comunicación de los aspectos principales del mandato que ha recibido del Santo Padre”. El portavoz vaticano recordó que el objetivo de esta “intervención” de la Santa Sede en la Congregación fundada por el mexicano Marcial Maciel es “la purificación y renovación” de la misma, y, por lo tanto, habrá que actuar con la energía necesaria para reformar todo lo reformable –comenzando por los estatutos internos, que, en palabras de quienes los han estudiado, son “un pandemonio inaceptable que no se sabe cómo pudieron ser aceptados en su día”– y sancionar a las personas que hayan podido ser cómplices activos o pasivos de los torpes manejos del fundador. Pero la consigna del Papa a monseñor De Paolis es, al mismo tiempo, salvar todo lo salvable y especialmente “el entusiasmo de los jóvenes”, que no tienen por qué pagar los abusos, errores y mentiras del fundador. Una de las primeras decisiones que se tomarán afecta a los actuales dirigentes, el director general Álvaro Corcuera y el vicario general Luis Garza.

Otra tarea delicada será la revisión de la estructura financiera de los legionarios, cuya expansión en diversos países del mundo ha estado acompañada por ingentes aportaciones económicas y se ha concretado en numerosas y prósperas instituciones. La primera urgencia será inventariar y controlar los “haberes” de la Legión y evitar fugas de los mismos. En ese sentido, De Paolis aporta una cierta experiencia, puesto que, como se ha dicho, seguirá al frente de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede.

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EL DÉFICIT ECONÓMICO DE LA SANTA SEDE


Precisamente el día de su nombramiento como delegado pontificio de la Legión de Cristo, Velasio de Paolis asistía a la última sesión de la reunión de tres días del Consejo de Cardenales para el Estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede, presidida por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, y en la que han participado sus doce miembros (uno de ellos, el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio Mª Rouco Varela).

Velasio de Paolis presentó el balance definitivo del ejercicio económico de la Santa Sede, que ha registrado un ligero déficit que no llega a los cinco millones de euros y que no genera especial preocupación, puesto que ingresos provenientes de otras fuentes compensan ampliamente esa cifra. Hay que señalar, en primer lugar, el llamado Óbolo de San Pedro, que el año pasado recaudó más de 82 millones de dólares y una donación de 50 millones de euros hecha al Papa por el famoso IOR (Instituto para las Obras de Religión), que dirige desde hace poco menos de un año el banquero Ettore Gotti Tedeschi con óptimos resultados, como se ve.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.716 de Vida Nueva.

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