La Iglesia zanja su polémica con Chávez, pero reivindica su derecho a expresarse

Así lo ratificaron los obispos venezolanos en su Asamblea recién concluida

El cardenal Jorge Urosa y Hugo Chávez en marzo de 2006

(Andrés Cañizález– Caracas) La Iglesia católica de Venezuela, cuya jerarquía ha mantenido públicamente una posición crítica hacia el Gobierno de Hugo Chávez, puso punto final a la polémica con el jefe del Estado al concluir la 94ª Asamblea ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), pero al mismo tiempo reivindicó su derecho a expresarse ante la situación nacional.

El arzobispo de Cumaná, Diego Padrón, dio a conocer el lunes 12 de julio la declaración final de la reunión de los obispos, cuya celebración a lo largo de una semana coincidió con un enfretamiento que tuvo como principales figuras al presidente Chávez y al cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas (Vida Nueva, nº 2.715). El mensaje institucional de la CEV se centra en llamar a la población a votar en los comicios parlamentarios del próximo 26 de septiembre, pero, al mismo tiempo, los prelados advierten que no cederán en su rol de “mensajeros de paz”.

Padrón dijo que la CEV apoyaba de forma irrestricta a Urosa, quien estuvo la semana anterior en Roma, y se hizo eco del deseo del arzobispo de Caracas de acabar con “toda esa polémica”, advirtiendo que “ese camino de descalificación, de ataques, no conduce a nada, tenemos que pasar la página y superar esas dificultades”. Padrón dejó claro que las autoridades eclesiásticas han ejercido su derecho a opinar, como pueden hacerlo todos los venezolanos.

La polémica se inició con una fuerte declaración del cardenal alertando al país sobre el proyecto “comunista” del presidente, que pretendería llevar a esta nación a un modelo similar al cubano. Chávez llamó “troglodita” a Urosa, para luego poner en tela de juicio la decisión papal de designarle, y hasta cuestionó el derecho de los obispos a intervenir en la vida pública, fijando posición sobre aspectos de la coyuntura política o social.

Respuesta judicial

El domingo 11 de julio, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) publicó en varios medios de comunicación un aviso pagado titulado “El Poder Judicial rechaza los ataques de algunos jerarcas de la Iglesia Católica venezolana”. En el anuncio, el máximo tribunal venezolano aseguró que las declaraciones de Urosa y otras autoridades del clero venezolano contravienen lo establecido en el convenio firmado por la Santa Sede y Venezuela en 1964. Los prelados prefirieron aguardar antes de responder a la declaración del TSJ. “Vamos a estudiar detenidamente el contenido del comunicado, debido a que implica muchos factores. Tenemos que consultar con abogados”, explicó el secretario general de la CEV, Jesús González de Zárate.

El TSJ aclaró en el comunicado –aparecido tres días después de que Chávez llamara a los otros poderes públicos a pedir explicaciones a Urosa– que la publicación del mismo se realizó “en pleno desarrollo de la autonomía e independencia” del TSJ.

Igualmente, ese domingo Chávez volvió a referirse a Urosa en su artículo “Líneas de Chávez”, que aparece en varios medios de prensa del país, sosteniendo que el cardenal debería demostrar ante un tribunal el fundamento de sus aseveraciones.

La existencia de presos políticos en Venezuela es un tema que también ha agrietado las relaciones entre Gobierno e Iglesia católica, debido a que el Ejecutivo no reconoce tal condición, mientras que los prelados han llamado de forma reiterada al perdón y a juicios justos en dichos casos.

El obispo Ovidio Pérez Morales, presidente de la CEV en 1992 cuando Chávez dio su fallido golpe de Estado, recordó que la Iglesia católica ha actuado siempre igual y que en su momento intercedió ante quienes estaban en el poder para que se respetaran los derechos del actual mandatario.

Por su parte, la CEV, en la declaración final al concluir su 94ª Asamblea ordinaria, ratificó su denuncia sobre las abultadas cantidades de comida en descomposición que el Gobierno no pudo distribuir entre los más pobres, y cuestionó la existencia de cárceles inhumanas en el país, otra situación que el Ejecutivo no ha logrado revertir en más de una década de gestión.

Para los obispos, la polarización ideológica-política de diversos actores no contribuye a crear un ambiente de diálogo, y recalcó su crítica a Chávez, al sostener que “de los altos mandatarios y de los funcionarios se espera que en sus declaraciones den ejemplo del respeto que merecen todos los ciudadanos. Rechazamos las reiteradas e injustas agresiones por parte del Presidente de la República a personas e instituciones, hiriendo inclusive el sentimiento religioso de diversas confesiones”.

En el nº 2.716 de Vida Nueva.

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