Editorial

Momentos para leer más

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Publicado en el nº 2.715 de Vida Nueva (del 10 al 16 de julio de 2010).

Con el verano proliferan las ofertas editoriales para fomentar la lectura. Consejos de libros para llevar en el equipaje veraniego se suceden en publicaciones periódicas, que ven la lectura como vehículo de comunicación y de formación de la persona. Es también una oportunidad para que en las familias crezca el hábito lector en los pequeños y para que en las observaciones de las distintas disciplinas docentes, la lectura sea una de las actividades recomendadas.

Es un hecho constatado que muchos de nuestros adolescentes escolarizados no saben leer comprensivamente un texto, ni encuentran en la lectura el soporte cultural con que ir desarrollando su personalidad. Y el desconcierto ante hechos de tanta gravedad afecta por igual a docentes, alumnos y familias. El fracaso escolar, del que es responsable directo la vuelta de espaldas de la sociedad al mundo de la lectura, sólo puede reconducirse desde un ingente esfuerzo personal y colectivo.

Esfuerzo de todos, niño, adolescente o joven, pero también de los docentes, que han de estar dispuestos a introducir en la práctica diaria en las aulas los cambios metodológicos necesarios y los medios didácticos adecuados para obtener el mejor rendimiento lector de los alumnos, apostando por formas de “acompañamiento personalizado” para fomentar su motivación, adecuando los ritmos de aprendizaje a los procesos de maduración personal. Y esfuerzo de los padres, puesto que la implicación de la familia en el proceso lector de sus miembros en edad escolar es un factor determinante.

El verano se presenta como una oportunidad para madurar en ese esfuerzo y lograr que el joven lea cada vez más y entienda mejor lo que lee. Hay muchas ofertas. No estaría de más ofrecer criterios ante las mesas de novedades. Sólo con uno acertado lograremos que la lectura no se convierta en hastío, sino en un momento de disfrute, aprendizaje y conocimiento.