México tiñe de sangre también las urnas

Enérgica condena del Episcopado al asesinato de un candidato a las elecciones del pasado día 4

(Pablo Romo Cedano– México DF) La noche del 4 de julio, Egidio Torre Cantú vivía sentimientos encontrados: parientes, amigos, vecinos y líderes del partido celebraban su victoria a la gubernatura del Estado norteño de Tamaulipas. Con lágrimas en el rostro y una copa en la mano, brindaba con ellos por el triunfo electoral en una cita cuya campaña sólo duró unas horas. Dos días antes de iniciar su meteórica carrera política, su hermano Rodolfo hacía campaña para ser el gobernador de ese Estado sacudido por la violencia y el crimen organizado. Pero el 29 de junio, camino de un pueblo cercano a la capital, fue asesinado junto a sus escoltas.

Tras conocerse la trágica muerte del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), todos los sectores del país se pronunciaron condenando los hechos y pidiendo el castigo de los responsables. Aunque las autoridades han prometido que investigarán a fondo el caso, son ya casi 24.000 los asesinatos que se han producido en el país por la guerra que libra el Ejecutivo contra el narcotráfico y el crimen organizado, de los que sólo hay poco más de un millar de averiguaciones realizadas y menos de un 7% de responsables en la cárcel.

Ante este nuevo suceso, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un enérgico comunicado lamentando “profundamente los hechos criminales y el aumento de la violencia que enturbian y ponen en riesgo el proceso democrático de las elecciones”. Por boca de su presidente y arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes, y de su secretario general y obispo auxiliar de Texcoco, Víctor René Rodríguez Gómez, los obispos del país reconocen que “los terribles momentos de inseguridad, muerte y zozobra que vive el Estado de Tamaulipas nos llevan a pensar cuánto tiempo más y cuántas muertes más tendrán que registrarse en este territorio y en otros puntos del país, cuánto tiempo más continuarán sufriendo las familias y comunidades tamaulipecas, y en general todos los mexicanos, este tipo de hechos escalofriantes que niegan una posibilidad a la paz, la seguridad y la vida”.

Desde hace varios meses, Tamaulipas vive un estado de tensión y caos inenarrable: los niños en las escuelas hacen simulacros de protección ante el caso de balaceras callejeras, asaltos al colegio o a su casa; nadie sale a las calles en la capital del Estado después de las siete de la tarde; las fiestas y reuniones son a puerta cerrada y sin música. Los cárteles se disputan esta plaza y el camino a los Estados Unidos a sangre y fuego. Cabe decir también que, hace unos días, se reveló que uno de los guardaespaldas del gobernador actual figura en la lista de los “50 más buscados” por el FBI.

Esta “situación de angustia” debe ser, según los prelados, “un llamado enérgico a la sensibilidad de todas las autoridades de los tres Poderes de la Unión, líderes políticos, organizaciones sociales, sistema educativo, medios de comunicación, Iglesias y población entera a la colaboración y participación en la búsqueda de las soluciones y estrategias que coadyuven a crear los ambientes de confianza, paz y sosiego que necesitamos”. En este sentido, el texto pide “muestras de procuración de la justicia” y de que “no sólo se buscan, sino que se encuentran, caminos que garanticen una clara oportunidad para vivir seguros, sentirnos protegidos y en paz”.

La directiva de la CEM confía en que es posible hallar un camino de “unidad y solidaridad” para México, a fin de superar una violencia que “va en aumento y con signos claros de mayor maldad y crueldad”. Por ello, urge a las autoridades estatales y federales a realizar “una exhaustiva investigación de los lamentables hechos y procesar a los culpables”. Será el único modo de acabar con “el dolor de las víctimas inocentes, el sufrimiento, la perplejidad, el egoísmo y la indiferencia que la inseguridad y la violencia dejan en las familias y comunidades de México”, concluyen los pastores con palabras de su exhortación pastoral Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna (marzo 2010).

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TRIUNFÓ LA ABSTENCIÓN


Doce Estados de la República vivieron elecciones el domingo día 4, pero la gran triunfadora fue la abstención, con algo más del 50% de promedio. El segundo lugar lo ocupó el viejo PRI, que gobernará en nueve estados: Aguascalientes, Chihuahua, Hidalgo, Quintana Roo, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas y Durango, además de Tamaulipas. Mientras, la oposición de la alianza PAN-PRD se impuso en tres Estados donde el PRI gobernaba casi desde siempre: Sinaloa, Puebla y Oaxaca.

promo@vidanueva.es

En el nº 2.715 de Vida Nueva.

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