La JMJ, Madrid y lo que buscan los jóvenes

(Juan Rubio)

Comenzó la cuenta atrás para la Jornada Mundial de la Juventud. Un vídeo con el lema El alma de Madrid invita a la cita convocada por el Papa, pero en el que él no es el protagonista principal. “Se trata de fomentar la adhesión a Jesucristo, vivida en la Iglesia con tal entusiasmo que se desborda en fiesta y en impulso misionero”, dicen los organizadores. Benedicto XVI, como hizo Juan Pablo II, les dirá una palabra de fuerza, alegría e ilusión, que es lo que hoy necesitan los jóvenes.

Ya saben el refrán: “En Madrid, seis meses de invierno y seis meses de infierno”. Un sol de justicia esperará a los jóvenes en agosto del próximo año. La experiencia valdrá la pena. Si algo tiene este país es precisamente su capacidad de acogida. El sol turístico de esta España diferente será reclamo. Y en Madrid, encantados. Decía el cardenal que, al menos, el evento estaba sirviendo para que, en días de tanta tensión, las administraciones se sienten a hacer algo juntos, independientemente del color de cada cristal.

Hay algo que se ha diseñado de forma eficaz: el ámbito de la comunicación. Para ello, la experiencia de Yago de la Cierva está siendo fundamental. Este profesional, perteneciente al Opus Dei, tiene la cabeza bien amueblada y comenzó con tiempo a preparar estos días, incorporando al equipo a excelentes profesionales cristianos. La comunicación es fundamental en este acontecimiento que rompe fronteras y que tendrá en los mass media un importante aliado. Ha llamado a muchas puertas, ha contactado con muchos organismos y no duerme sumando y multiplicando. No es hombre de restas y divisiones, aunque tenga que aceptar las que le impongan.

La preocupación es ahora otra; y crece en algunos ámbitos que han empezado a hacer mutis por el foro cuando se sienten despreciados en su cándida oferta. Crece la duda sobre el papel de los movimientos que buscan capitalizar el encuentro; sobre el lugar de las diócesis de acogida; sobre la implicación de quienes trabajan en grupos de congregaciones religiosas o en otros colectivos con talante cristiano. No todos tienen el Magis jesuita, pero muchos abrigaron esperanzas en el Foro de Pastoral con Jóvenes, desmantelado injustamente. Preguntas sobre la financiación, para evitar que asomen tramas a la valenciana en el futuro; sobre la imagen que damos en una sociedad con una grave crisis económica…

Pero hay algo más preocupante, y es el modelo de joven cristiano que se quiere transmitir. ¿Se ha acudido a expertos en Pastoral Juvenil para realizar las catequesis preparatorias? ¿Qué papel juegan quienes tanta experiencia con jóvenes tienen, religiosos incluidos? Se teme que, ante tanta exclusión, se monten caminos paralelos que sólo confluyan en los actos del pontífice. ¿Es el modelo de joven cristiano que buscamos el que presentaba el obispo Munilla hace unos días en una parroquia madrileña? Los obispos han perdido una oportunidad de oro; o se la han arrebatado: estudiar juntos, con seriedad, la Pastoral Juvenil, no dejándola a merced de las visiones particulares de una comisión compuesta por dos obispos, uno de los cuales pinta poco. Hay que preguntarse si lo que esta comisión propone es realmente lo que el resto de obispos piensa de la Pastoral Juvenil. Me temo que no.

director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.714 de Vida Nueva.

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